Sobre la liberación lésbico-guei

Texto para el XV Congreso Mundial de la Cuarta Internacional

 

Los movimientos lésbico/gueis han experimentado un crecimiento numérico y geográfico considerable desde finales de la década de los sesenta. En algunos países han logrado arrancar reformas significativas, mientras que en muchos otros países han quedado a la defensiva. Desde la década de los años ochenta, movimientos lésbico/gueis han surgido, por primera vez, en muchos países de Asia, África y Europa del Este, han recobrado fuerza en países clave de América Latina (como México, Brasil y Argentina), donde habían experimentado retrocesos y se han movilizado en varias ocasiones cientos de miles de personas en Europa occidental y América del Norte.

           Las lecciones clave que hemos aprendido durante nuestra participación en estos movimientos y que se exponen en este texto son las siguientes:

           (1) La opresión a la que se enfrentan las personas lésbicas, gueis, bisexuales y transgenéricas* es una realidad en todos los países de la tierra. La asociación del VIH con la homosexualidad ha llevado a una estigmatización mundial de las relaciones sexuales entre hombres y de los actos sexuales fuera de la familia monogámica y heterosexual. La sexualidad en general es una cuestión política.

           (2) El vínculo entre la opresión de las personas lgbt y la opresión de las mujeres es clave para nuestra comprensión, y las luchas por la liberación de ambos movimientos están relacionadas estrechamente.

           (3) Defendemos la necesidad de movimientos autónomos de personas lgbt porque entendemos que la opresión no puede derrotarse sin que ellos mismos se organicen.

           (4) Aunque pugnamos por una comprensión de la relación entre las luchas lésbicas/gueis y el movimiento obrero, evitamos subordinar esta lucha a cualquier otro movimiento.

           (5) Luchamos por un enfoque internacionalista de esta cuestión. Las personas lgbt son oprimidas en todas partes, aunque de diferentes maneras. El movimiento necesita organizarse internacionalmente y en solidaridad con los más oprimidos.

           (6) Con el objeto de realizar estas tareas, tenemos que poner en orden nuestra propia casa: la izquierda revolucionaria. Esto requiere cambiar de muchas maneras nuestras organizaciones.

           Algunos izquierdas lésbico/gueis han sostenido un gran esfuerzo por lograr la comprensión y el apoyo del movimiento obrero. Ellos han enfrentado la incomprensión y los prejuicios de todas las corrientes de la izquierda, desde bien entrados los años setenta y a partir de entonces. En general, los partidos socialdemócratas y los movimientos obreros, por ejemplo, no han respondido bien en asuntos de libertad sexual. Sin embargo, los esfuerzos de algunos izquierdistas lésbico/gueis por establecer vínculos con el movimiento obrero también han sido exitosos algunas veces, casi desde los inicios del movimiento lésbico/guei a finales del siglo XIX.

           Durante las primeras décadas del siglo XX, las reivindicaciones del Comité Científico Humanitario de Alemania (fundado en 1897) y otras organizaciones que luchaban por la 'reforma sexual' frecuentemente contaban con la aprobación de los partidos socialdemócrata y comunista (casi nunca con el de los partidos burgueses de ese entonces) y, de entre los gobiernos existentes, sólo con el de los bolcheviques de la Rusia soviética. Incluso entre los bolcheviques, la benevolencia no podía descontarse, como se puede ver por las obras de Kollontai. La victoria del estalinismo en la Unión Soviética anuló muchos logros en el ámbito de la emancipación de las mujeres y de la sexualidad, e intensificó los prejuicios anti-homosexuales en casi todas las corrientes estalinistas y pro-maoístas entre la década de los treinta hasta la de los ochenta. El surgimiento del movimiento lésbico/guei a finales de los sesenta y principios de los setenta en Europa occidental y en todo el continente americano coincidió con el resurgimiento de una izquierda radical y revolucionaria. El feminismo, en particular el socialista, fue crucial en el auge del movimiento lésbico/guei como parte de un desafío más amplio a la sociedad.

           Este documento (1) define las bases de la adhesión del marxismo revolucionario a la liberación lésbico/guei; (2) plantea las posiciones de la Cuarta Internacional en relación con algunos asuntos clave de esa liberación; (3) define nuestras tácticas en la construcciones de esos movimientos y (4) sugiere cómo esa liberación puede y debe reflejarse en el perfil público y la vida interna de nuestras organizaciones.

 

 


Primera parte

Los fundamentos de la opresión

 

1. Aunque el grado de persecución y tolerancia varía marcadamente según el país y la región, en ninguna sociedad capitalista existe hoy en día una igualdad o libertad plena para las lesbianas, los hombres gueis, los bisexuales o los transgenéricos (es decir, todos aquellos cuya identidad de género contrasta con su sexo biológico, incluyendo travestíes, transexuales y todos aquellos cuyas identidades están enraizados en culturas aborígenes). La opresión que enfrentan, el heterosexismo, es similar al sexismo 'manifiesto en todos los ámbitos - desde la política, el empleo y la educación - hasta los aspectos más íntimos de la vida cotidiana', para citar la resolución sobre la liberación de las mujeres adoptada por la Cuarta Internacional en 1979.

 

2. El heterosexismo tiene su raíz en la familia heterosexual y patriarcal, institución característica del capitalismo. La familia es 'la institución socioeconómica principal para perpetuar, de una generación a otra, las divisiones de clase en la sociedad', para volver a citar la resolución de 1979 sobre la liberación femenina. La forma en que se ha desarrollado en el capitalismo 'proporciona el mecanismo menos costoso y más aceptable en términos ideológicos para reproducir la mano de obra humana' - empleando la mano de obra, sobre todo la de las mujeres, no remunerada en el cuidado de los niños y de los ancianos, junto con la de los adultos en edad laboral - y 'reproduce en su seno las relaciones jerárquicas y autoritarias necesarias para el sostenimiento de la sociedad de clases en general'. Esta forma de familia es opresiva particularmente para las mujeres y los niños. Ella ocupa un papel central en estas relaciones, puesto que la familia en la sociedad capitalista reproduce en forma más o menos adecuada de una generación a otra el amor heterosexual, que se supone que actúa, en última instancia, como la base del matrimonio y de la creación de nuevas familias, y el amor paternal, que supuestamente funciona como el cemento que une a los adultos con sus hijos biológicos en un vínculo que combina el afecto, la responsabilidad y la autoridad. El estado y las instituciones medicas y psiquiatricas estan organizadas de modo tal que promueven la heterosexualidad estable y procreativa y estigmatizan, desaniman y hasta anulan otras formas de sexualidad, muchas veces definidas como anormales, patologicas o irresponsables.

           Aunque la sociedad está organizada de manera tal que supone que muchas necesidades básicas serán satisfechas por la familia heterosexual, todos los que se encuentran marginados u optan por vivir fuera de ella enfrentan problemas en la satisfacción de sus necesidades. Esta forma de forma de familia bajo el capitalismo presupone y reproduce una norma heterosexual que predomina en el estado y en la sociedad y resulta opresiva para cualquier persona que se desvía de ella. Mientras que el amor heterosexual sirve como la base del establecimiento de la familia, las personas cuyas vivencias emocionales y sexuales giran principalmente en torno al amor por personas de su propio sexo, tienden a ser marginados de la vida familiar. Mientras que la familia heterosexual es el sitio central para la crianza de niños y niñas, las personas lésbicas/gueis/bisexuales/transgenéricas (lgbt) experimentan una enajenación mayor de la que resienten los otros niños y jóvenes - quienes también experimentan una alienación en relación con la familia - y el contacto de éstos con adultos, sobre todo con los no casados, y con otros niños con los que no estén emparentados será, frecuentemente, limitado. Mientras sólo el deseo y el romance heterosexuales orienten el consumo capitalista, las personas lgbt sentirán invisibles. En tanto que la heterosexualidad siga siendo definida como la norma por el estado y las instituciones medicas y psiquiatricas, las personas LGBT seran dsicriminadas y marginadas explicita o implicitamente. Las leyes represivas y la discriminación social generalizada refuerzan esta operación en casi todo el mundo, pero su eliminación no puede lograrse simplemente mediante el combate contra la discriminación social y la derogación de leyes represivas.

 

3. Para millones de personas en el mundo hoy en día - sobre todo pero para nada exclusivamente en los países dependientes - el erotismo hacia el mismo sexo sólo puede ser experimentado esporádicamente, en los márgenes de su vida familiar heterosexual, generalmente de manera oculta para la gente con la que viven, ya sean padres o cónyuges del sexo opuesto. Millones de mujeres se casan para sobrevivir, dadas sus muy limitadas opciones sociales y económicas; esta presiones también se ejercen sobre los hombres, aunque con menor fuerza. Para miles y miles de mujeres y hombres a la falta de apego a la norma heterosexual se le acompaña con la evidencia flagrante e inocultable de su incomodidad con las normas de masculinidad o femineidad dominantes, lo cual le vuelve sumamente difícil, o casi imposible, representar papeles heterosexuales. Miles de personas transgenéricas que no pueden o no quieren plegarse a la estructura familiar heterosexista y vivir como mujeres u hombres llamados 'normales' son expulsados hacia los márgenes extremos del mercado laboral y de la sociedad y, muchas veces, forzados a sostenerse en el mercado sexual o por medio de otras ocupaciones estigmatizadas, confrontados al estigma social e incluso a la violencia física. Muchas personas lgbt en todo el mundo sufren la represión de manera cotidiana y ello implica su encarcelamiento, violación, tortura y asesinato.

 

4. A veces, el heterosexismo asume formas específicas muy virulentas en los países dependientes. Los conquistadores europeos de los siglos XVI al XX adujeron muchas veces la necesidad de desterrar la 'sodomía' como una justificación ideológica de la conquista y el dominio sobre otros pueblos. Muchos países que ahora son formal o políticamente independientes mantienen las leyes contra la homosexualidad impuestas por sus antiguos gobernantes coloniales.

           A menudo se justifica el mantenimiento de leyes, políticas y costumbres opresivas con base en algunas creencias religiosas - incluso las cristianas, musulmanas e hindúes - y ello tanto en los países dependientes como en los imperialistas. Esta opresión se ejerce por medio de una autoridad sobre la vida familiar y personal en la persona de funcionarios religiosos o civiles en los países donde aún no se ha logrado la separación de la religión y el estado. En muchos casos, la derecha religiosa y los fundamentalistas argumentan que el código 'moral' que defienden forma parte integral del tejido social tradicional de las sociedades en las que desarrollan sus actividades. Sin embargo, muchas de sus prácticas más reaccionarias, sobre todo las dirigidas en contra de las mujeres y las 'desviaciones' no tienen raíces tradicionales , sino que sus orígenes son más bien modernos. Un segundo mito ideológico crucial es la idea de que la homosexualidad en estas sociedades es parte del legado negativo del imperialismo. Si se argumenta a favor de una comprensión materialista de la definición de las identidades modernas lésbicas y gueis como producto de la industrialización y la urbanización, también se promueve una comprensión de la historia de otras formas de relaciones entre personas de un mismo sexo practicadas en culturas tradicionales.

           La ausencia o la falta de desarrollo de estados benefactores patrimonialistas y los bajos niveles salariales en los países dependientes tienden a reforzar la dependencia en las familias tradicionales. Particularmente en las zonas rurales, la ausencia de organizaciones políticas y alternativas sociales no tradicionales pesan en contra de la no conformidad. En los paises dependientes, la gente es ademas particularmente vulnerable a las formas mas explotadoras del mercado sexual nacional y del turismo sexual internacional. La Cuarta Internacional comprende que la organización de lgbt en telas circunstancias representa una parte importante del proyecto entero de liberación nacional, proyecto que implica necesariamente un desafío, no sólo contra el imperialismo, sino también contra las estructuras de poder civiles y religiosas. La participación pública de los lgbt en las luchas democráticas en varios países latinoamericanos, sudafricanos y sud-asiáticos muestran cómo la liberación lésbica/guei y la liberación nacional pueden llevarse de la mano.

 

5. Sólo la conquista de salarios substancialmente superiores y el surgimiento de los estados benefactores en el curso del siglo XX abrió la posibilidad, a escala masiva, de que personas del proletariado pudieran vivir sin depender de sus familias, sin tener que contraer matrimonio y formar una nueva familia tradicional, de sostener una relación emocional y sexual importante y de largo plazo con personas de su mismo sexo y de identificarse y formar parte de comunidades lésbico-gueis permanentes. A la vez, el matrimonio heterosexual se sustenta cada progresivamente en la atracción sexual y en el amor romántico, aunque siga habiendo mucha presión para casarse y los matrimonios arreglados sigan siendo la norma en muchos países.

           Particularmente en los países imperialistas, y sobre todo entre hombres, las vidas gueis se llevan, hasta cierto punto, en el ambiente comercial, que es la manera capitalista de responder a las necesidades de las personas lgbt de lugares donde encontrarse y llevar una vida social. Donde el ambiente comercial se ha expandido pero sigue limitado el espacio para las personas lgbt pueden vivir libremente en la sociedad en la que ese ambiente está implantado, el resultado es contradictorio. Es un paso adelante el que las personas lgbt tengan la posibilidad de abrirse acerca de su sexualidad en este contexto, pero es inaceptable que ello no sea así en el resto de la sociedad. En muchos casos, la existencia del ambiente ha dado el impulso para que se desarrolle el movimiento lésbico/guei. Otro asunto es el hecho de que el ambiente mismo es muy limitado en la manera en que permite a las personas relacionarse, aunque se ha vuelto más diverso en la medida en que se ha ampliado, en general, permanece dominado por los hombres y perpetúa imágenes de atractivo sexual que son denigrantes  hacia  los viejos y las razas consideradas inferiores. En pocas palabras, presente el sexo como una mercancía y no provee de una atmósfera en la cual las personas puedan relacionarse muy fácilmente como seres humanos. Las redes informales, los clubes, los centros comunitarios y los grupos de activistas que son resultado de la organización de los propios glbt brindan algunas alternativas a la enajenación del ambiente comercial, pero les suele faltar la notoriedad, el brillo y los recursos que tiene el ambiente comercial.

           Las comunidades lésbico-gueis, que incluyen a mujeres y hombres de todas las clases que se identifican como lesbianas o gueis, junto con las identidades y sub-culturas que han surgido de manera paralela, han servido de plataforma de lanzamiento de los movimientos lésbico/gueis. Gran parte de la sub-cultura lésbico/guei ha sido acusada con base en que es muy enajenada, pero cuando esta crítica viene de los medios o de la derecha, ignora el hecho de que, en el capitalismo, toda la sexualidad se presenta cada vez más como una mercancía. Los movimientos lgbt tienden a abocarse a luchar en contra de las leyes o las medidas políticas promulgadas específicamente para reprimir la sexualidad entre personas del mismo sexo o a la persona misma de los lgbt, y a favor de leyes que prohiban ciertas formas de discriminación y de otras que reconozcan las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo, con la misma validez y el mismo trato que reciben las relaciones heterosexuales.

 

6. Desde la década de los setenta, en muchos países la relación de la juventud con su sexualidad ha experimentado grandes cambios contradictorios. Los tabúes relacionados con la sexualidad de las y los jóvenes tienden a debilitarse, sus cuerpos y su sexualidad cobran una mayor notoriedad en los medios de comunicación y la publicidad comercial tiende a explotarlos cada vez para vender sus productos. Los reveses provocados por la pandemia del SIDA y el surgimiento de un nuevo moralismo retrogrado no ha frenado esa tendencia. Pero la sexualidad de los jóvenes sigue reprimida, sobre todo la de las mujeres y los jóvenes lgbt. Los niños y los adolescentes son presionados en el hogar y en la escuela para que se comporten de acuerdo con los papeles de género aprobados sexualmente, prejuicios como sentir verg¸enza de su cuerpo y el miedo a la transgresión son parte esencial de la educación informal que se les imparte. Quizás tanto como siempre - si no más que nunca - los jóvenes carecen de las condiciones materiales necesarias para ejercer libremente su sexualidad. El desmantelamiento de programas sociales ha incrementado la dependencia de los jóvenes de sus familias. Muchas veces, sólo hay centros de reunión comerciales, por lo que se excluye así a quienes carecen de recursos económicos. Todavía hay restricciones sobre el acceso de los jóvenes a la información sobre la sexualidad, los contraceptivos y su uso. La falta de condones y de información sobre la sexualidad es una cuestión particular en lo que toca a la transmisión del SIDA y de otras enfermedad sexualmente transmitidas. En tanto que se han vuelto más común las referencias a la homosexualidad en los medios de comunicación de muchos países, estas referencias son frecuentemente distorsiones y estereotipos. Aunque la juventud tiende a ser más abierta que en las generaciones anteriores, el proceso de dar la cara es muy doloroso, aun en las culturas más tolerantes, como lo muestra el alto índice de suicidios entre jóvenes lesbianas y gueis.

 

7. 'Hoy' - reza la resolución sobre la liberación de las mujeres de hace más de veinte años - 'frente a problemas económicos cada vez más graves, la clase gobernante está recortando el gasto social para devolver la responsabilidad a cada familia en lo individual'. Las décadas posteriores a la publicación de este texto sólo han visto la agravación de esta situación. Junto al estancamiento o retroceso en los niveles salariales y a mayores niveles de desempleo, estos recortes amenazan conquistas básicas, en lo que se refiere a la vivienda, la atención médica, el cuidado de los niños y otras formas de asistencia social, necesarias para que las personas lgbt puedan vivir y sostener sus comunidades en condiciones decorosas, independientemente de sus familias heterosexuales. Las consecuencias de esta política han sido especialmente devastadoras para las comunidades en formación en los países dependientes, devastación manifiesta de manera evidente desde 1982 en América Latina y desde 1997 en el Sudeste y Este de Asia y que tienden a conferir nuevas fuerzas a la ideología tradicional favorable a la familia. Donde hay movimientos lésbico/guei, ellos deben participar en condiciones de igualdad en las luchas de resistencia a la austeridad capitalista, en todo caso, tales movimientos de resistencia deben enarbolar las demandas específicas de las personas lgbt por servicios públicos o su inclusión en los ya existentes.

El movimiento por una globalización diferente que ha crecido desde las movilizaciones de Seattle hasta las de Porto Alegre está reuniendo muchos movimentos de resistencia contra la austeridad capitalista, volviéndolos más amplios, participativos y democráticos y creando las condiciones para una nueva oportunidad de recomponer la izquierda e internacionalizar las luchas. Ello confronta todos los movimientos sociales progresivos, incluso a los LGBT, con la necesidad de ir en nuevas direcciones y redefinirse social y políticamente. Los espacios inclusivos y participativos abiertos por la evolución del Foro Social Mundal en foros sociales continentales y nacionales da a los movimientos LGBT una oportunidad para buscar nuevos aliados señalar la importancia de las reivindicaciones LFBT a movimientos como el obrero, que con frecuencia las han negligido e integrar otras demandas sociales radicales en los programas de los propios movimientos LGBT. 

En un periodo en que los "mercados LGBT"  someten a las comunidades LGBT a nuevas presiones normalizadoras y divisivas y cuando la mayoría de las corrientes políticas LGBT se han concentrado en todo el mundo a hacer labores institucionales y de cabildeo es esencial que los movimientos LGBT sean parte del debate social más amplio y contribyan a las movilizaciones en contra de la globalización neoliberal. Deben introducir perspectivas LGBT a diferentes luchas por el cambio político, social y económico, rechazando presiones por posponer luchas específicas LGBT en nombre de cualquier "asunto estructural". Ningún cambio estructural será completo si se dejan intocadas las estructuras de la opresión sexual, que afectan a toda la humanidad.

 

 

Parte II

Nuestras posiciones

 

8. A partir de la radicalización de finales de los sesenta, los activistas han planteado la necesidad de ir más allá de las luchas por los derechos lésbico/guei y exigir la liberación plena, lo cual implica la abolición de la familia capitalista como institución y el cuestionamiento de la norma heterosexual impuesta por el estado capitalista. Aunque esta propuesta ha perdido terreno, la Cuarta Internacional plantea que la igualdad y la libertad plenas para las personas lgbt implican la asunción por la sociedad en su conjunto de las funciones de la familia, cosa que sólo podrá realizarse sólo tras el derrocamiento del capitalismo. Al apoyar las luchas por los derechos lésbico/gueis tratamos de construir puentes entre las demandas actuales y el objetivo último de la plena liberación lésbico/guei, comprendido como algo vinculado con el objetivo estratégico de la revolución socialista y que cuestiona la norma heterosexual impuesta por el estado capitalista. 

           En la medida en que profundizamos nuestra visión de la sociedad socialista por la que luchamos, trataremos de incorporarle la idea de la liberación lésbica/guei. Al oponernos a las concepciones limitadas y opresivas de la masculinidad, la femineidad y la sexualidad trabajamos por una sociedad en la que el género deje de ser una categoría central para la organización de la vida cotidiana y en donde los conceptos de la 'heterosexualidad' y la 'homosexualidad', en la medida en que puedan seguir existiendo, no tengan consecuencias legales ni económicas. Pugnamos por lograr que la sociedad asuma las múltiples funciones de la familia actual, por que haya diversas formas de responsabilidad colectiva, comunitaria en el cuidado de los niños y los enfermos, por que se construya una economía que no presione a los pueblos a emigrar de sus comunidades locales, por formas variadas de hogares y de cooperación en las comunidades y por formas distintas de amistad, de solidaridad y de relaciones sexuales.

 

9. En la mayoría de las culturas, la sexualidad y la actividad sexual siguen siendo abordadas - en tanto que aspectos de nuestra existencia como seres humanos - como potencialmente peligrosas, o como asuntos que incumben exclusivamente a la sociedad y no al individuo. No obstante, los avances en las técnicas de control de la reproducción en las décadas de los cincuenta y los sesenta sirvieron como un gran impulso de las aspiraciones por la liberación sexual al separar aún más a la sexualidad de la reproducción. Surgió una radicalización cultural entre los jóvenes y los estudiantes en los países imperialistas en esas mismas décadas, radicalización que empezó a criticar, entre otras cosas, la clasificación tradicional de géneros. Estas nuevas críticas a la cultura tradicional trajeron consigo nuevos enfoques sobre la sexualidad.

           Las luchas por el derecho al aborto, al igual que las luchas por los derechos lésbico/gueis criticaron de manera directa el concepto tradicional que define el sexo aceptable como el equivalente a la reproducción, el matrimonio y la familia: Las nuevas perspectivas sobre el sexo y la sexualidad promovieron una nueva valorización del placer sexual en general, sobre todo para las mujeres. Cuando el movimiento de las mujeres exigía mayor información y servicios sobre la salud reproductiva y sexual, lo hacía con la idea fundamental de que las mujeres son seres sexuales que deben tener derecho al placer sexual y al control sobre sus relaciones sexuales, que históricamente han sido reservados a los hombres. Uno de los mensajes centrales que se transmitió en la lucha por la autonomía sexual de las mujeres fue el de que no existe un único camino al placer sexual, sino una amplia gama de posibilidades.

           La liberación lésbico/guei es parte de la liberación sexual más amplia por la cual luchamos. Tratamos deliberar la sexualidad humana de lo que la resolución de 1979 sobre la liberación de las mujeres llamaba 'el marco de la compulsión económica, dependencia personal y represión' que se mantiene actualmente. Se justifica por sí misma la actividad sexual libre, consensual y placentera para todos los que participan en ella. Luchamos por una sociedad en la que nuestros cuerpos, deseos y emociones ya no sean cosas sujetas a compraventa, en donde la gama de opciones para todas las personas - mujeres, hombres, seres sexuales, jóvenes y viejos - sea ampliada enormemente, y las personas cuenten con la oportunidad de desarrollar nuevas formas de desarrollarse sexualmente, viviendo, trabajando y criando a los niños de manera colectiva. Es imposible para nosotros, que hemos sido formados por la sociedad enajenante en la que vivimos, imaginar cómo se desarrollaría la sexualidad en este ambiente y es, por lo tanto, importante evitar hace predicciones basadas en nuestras propias aspiraciones individuales.

 

10. Las primeras batallas de los gueis y lesbianas que luchan y han luchado, las cuales han proporcionado el ímpetu para la formación de movimientos lésbico/gueis políticamente activos son las acciones contra la persecución policiaca de la homosexualidad. El motín de Stonewall de 1969 en Nueva York, que es el punto de referencia para fijar el inicio del movimiento lésbico/guei en todo Occidente, consistió en presentar resistencia física contra redadas policiacas en bares donde las lesbianas, gueis, bisexuales y transgenéricos se reunían. Todavía hay varios países donde se prohibe legalmente la homosexualidad. En el Medio Oriente, África y Asia, los países que no prohiben la homosexualidad son más la excepción que la regla. En varios estados de los EEUU se prohiben las relaciones anales y las orales, tanto entre heterosexuales como ente homosexuales; en algunos otros estados se prohiben sólo las relaciones homosexuales, ya sean anales u orales; muchos otros países, incluso en América Latina y Europa, no prohiben la homosexualidad explícitamente, pero utilizan el 'escándalo público' como pretexto para la exclusión de las personas lgbt, o existen leyes contra la 'promoción homosexual' o la 'búsqueda de contactos homosexuales'. Los conceptos legales usados para perseguir a las personas lgbt son tan imprecisos como el de 'indecencia'. La experiencia demuestra que los jueces ven más frecuentemente 'indecencia' entre homosexuales que entre heterosexuales. Apoyamos las demandas de todo rechaza a las leyes anti-gueis, a las políticas policiacas discriminatorias y a las prácticas que las acompañan.

           Aún cuando la batalla inicial por la legalización de la homosexualidad ha sido ganada, otras leyes discriminatorias de criminalidad todavÌa necesitan cambiarse. Por ejemplo,  varios paÌses han promulgado leyes especiales para 'proteger' a los menores de la homosexualidad. A partir del dogma que las/los jóvenes pueden ser 'influenciados' y 'seducidos' por homosexuales, establecieron una edad legal superior para el consentimiento de contactos sexuales entre personas del mismo sexo. Actualmente, en la Unión Europea, Austria, Inglaterra e Irlanda aún tienen elevadas edades legales de consentimiento de contacto sexual entre personas del mismo sexo. Apoyamos la demanda del movimiento lésbico-guei  de que la edad de consentimiento de contacto sexual entre personas del mismo sexo debe reducirse a la edad legal de consentimiento para el contacto sexual heterosexual, donde quiera que exista este tipo de discriminación.

 

11. Junto con la lucha contra la criminalización legal, varios movimientos lésbico-guei en diferentes países están luchando por leyes que explícitamente prohiban discriminación en base a la orientación sexual. Sudáfrica ocupa en retrospectiva un asombroso lugar entre los países: desde la adopción de su nueva constitución, es uno de los países en el mundo (junto con las constituciones de Ecuador y Fiji) donde se incluye la protección contra la discriminación por orientación sexual. Nosotros apoyamos la batalla a nivel legal y constitucional por prohibir la discriminación anti-guei.

           La importancia política de esta lucha no debe subestimarse. La batalla para ganar protección legal contra la discriminación abre una gran oportunidad para desafiar la condición de segunda clase y de marginal de las personas LGBT. Esto refuerza el argumento por la igualdad de manera contundente, porque la resistencia a éste se arraigaría a un intento de justificar la discriminación. También esta batalla se orienta a hacer campaña en los procesos políticos.

           Al apoyar y abogar por tales campañas los socialistas deben entender también que lograr la protección legal no modifica en sí la discriminación y el prejuicio. La campaña proporciona una oportunidad para explicar el fundamento social de la opresión y la necesidad de cambiar a la sociedad, no sólo las leyes, para llegar a tal cambio. Es importante entender el impacto de lograr la protección legal y, consecuentemente, el incremento de la confianza de las personas LGBT, igual que mayor apertura a la problemática de la sexualidad, por ejemplo en el trabajo. Esto tendrá impacto significativo con el tiempo para cambiar prejuicios públicos y cambiar la percepción de otros problemas de discriminación contra las personas LGBT. Hay también una aparentemente clara conexión, entre la existencia de movimientos de mujeres, los derechos ganados por mujeres con el derecho a la igualdad de las personas LGBT.

           Cuando la transformación legal esté asegurada será necesario hacer campañas para aplicar eficazmente la ley. Esto puede llevarse acabo supervisando  la efectividad de dicha ley, y enfocando las campañas a áreas de resistencia identificadas.

 

12. Una de las áreas clave donde el avance en lograr los derechos de lesbianas y gueis, y lograr una arena vital para los revolucionarios ha sido que la igualdad lésbico-guei tenga un reconocimiento firme para ser tema del movimiento laboral, en particular de los sindicatos. Las campañas del movimiento lésbico/guei han encontrado su reflejo en los sindicatos. En diferentes épocas y de varias maneras los trabajadores/as lésbico/gueis se han organizado para desafiar a sus sindicatos a que reconozcan sus demandas específicas, y para asegurarse un lugar en las agendas de los sindicatos más progresistas. Dos demandas conjuntas relacionadas han sido las más significativas: ganar el reconocimiento de los derechos de las lesbianas y los gueis en el trabajo y; el reconocimiento sindical firme de los derechos de l@s trabajadores/as lésbico/gueis a tener sus propias estructuras (organización propia) dentro del sindicato. El éxito del segundo, frecuentemente ha sido necesario antes que puedan hacerse avances con el primero. Las alianzas se han hecho con otros trabajadores: mujeres, incapacitados o comunidades minoritarias, cuyas necesidades han sido ignoradas tradicionalmente por los liderazgos reformistas.

           La lucha tiene una importancia particular para las/os revolucionarios pues, desafía la división entre los temas "económicos y políticos", y a "ayudar a la clase trabajadora para pensar en términos sociales amplios" (resolución de 1979). La demanda del derecho a la organización independiente ha sido comúnmente resistida por ambos la derecha y la izquierda reformista sobre la base de que divide al movimiento. Debemos argumentar, por el contrario, que es la exclusión y marginalización de los trabajadores lésbico/gueis lo que causa la división y, que el organizarse a sí mism@s debe reconocerse como esencial para avanzar hacia la integración en todas las secciones de miembros LGBT.

           Las demandas particulares de los derechos en el trabajo, el estado legal de los homosexuales y las condiciones de cada industria particular, varían de acuerdo a cada país. Algunas de las principales demandas pueden ser:

           * Protección contra despido injustificado, reclutamiento discriminatorio, y no conceder promociones, etc.;

           * Protección contra el hostigamiento por empleadores o compañeros laborales en el terreno sexual.

           * Acceso a beneficios estipulados para trabajadores heterosexuales. Por ejemplo, los permisos de ausentarse por paternidad y concesiones otorgadas a las parejas de l@strabajadores, tales como las de viajar para los trabajadores de la industria del transporte.

           *Acceso equitativo de los beneficios tales como la pensión y planes de seguro.

           * Reconocimiento de que las lesbianas y hombres guei puedan tener también derecho a cuidados de sus hijos.

           También será necesario vincular dichas demandas con la demanda de que el sindicato ofrezca activamente apoyar a luchar por la igualdad de derechos de las personas lesbianas y gueis más ampliamente a la sociedad. Esto significa, por ejemplo, lograr que el sindicato se movilice en apoyo a los derechos de las personas LGBT , haciendo campañas así como también en apoyo a otras actividades de la comunidad LGBT, tal como la Marcha del Orgullo.

           Una parte esencial de la lucha lésbico-guei es avanzar más allá de la aceptación de la estructura auto-organizativa, hacia la integración de éstas demandas en las cuestiones del sindicato entero. Esto requiere trabajo a largo plazo y consistente para transformar las culturas dominantes de muchos sindicatos y, normalmente solo tendrán éxito asegurándose la firmeza de los aliados entre otros grupos de trabajadores para este proceso.

           Debemos también permanecer alerta a la constante posibilidad de que logrando dichas demandas, que en sí no son revolucionarias, puedan llevarse a cabo en un marco reformista. Los liderazgos más conscientes en los sindicatos han sabido manejar la integración aceptándola, pero en realidad, con cooptación o desarme, o manejándola para establecer un dominio total. El remedio de esto es presionar firmemente en el sindicato a tomar un papel activo en la campaña de la problemática lésbica-guei , que lo conduce a involucrarlo con actividad masiva y, continuar movilizando a los trabajadores lésbico-guei por sus propias demandas, sin dejar que algunos "amistosos" burócratas se apoderen, y que utilicen el éxito de unos como de una piedra angular a la otra.

 

13. Al opuesto de las ascendentes voces corales clamando por la protección de las personas jóvenes, de los peligros de la sexualidad, de las imágenes de sexualidad y medios informativos, nosotros creemos, que una mayor información y autonomía, no menor, son las mejores herramientas para "proteger" a la gente joven. Estas son indispensables para la liberación sexual de la gente, así como la concientización y libre elección de l@s jóvenes. Ellos también pueden ayudar a l@s jóvenes LGBT para encontrar la identidad sexual y seguir una vida que mejor se ajuste para ellos, y apoyar a la resistencia al conformismo con los estilos de vida de lesbianas y gueis existentes. La educación sexual en la escuela debe integrar la opción de sexualidad del mismo sexo, con énfasis en placer y diversidad; un fortalecimiento, en vez de destrucción, de los problemas de seguridad social, acceso libre a la anticoncepción y, condiciones para la emancipación de la juventud - estas demandas son todas inmediatas que deben exigirse al Estado, en ambos países imperialistas y dependientes. Al mismo tiempo que demandamos una edad legal para el consentimiento de contacto sexual entre el mismo sexo, nos oponemos a reprimir la exploración sexual consentida entre l@s jóvenes, de aproximadamente la misma edad legal.

 

14. Los inmigrantes y los miembros de minorias raciales necesitan ser bien recibidos e incluidos ne las organizaciones guei/lesbianas de los paises imperialistas. Esto requerira una lucha consciente contra el racismo en estas organizaciones. Ademas, apoyamos las propias organizaciones autonomas de minorias e inmigrantes en el sento de sus comunidades, las cuales se caracterizan por formas particulares y multiples de opresion y discriminacion. Permanentemente buscaremos alianzas con ellos sin tratar de imponerles un modelo de emancipacion. Nos opondremos al uso de la cuestión de los derechos de lesbianas y gueis para estigmatizar a los inmigrantes musulmanes en el contexto de la "guerra contra el terrorismo", haciendo hincapié en el surgimiento de organizaciones autónomas de LGBT de origen musulmán y la existencia de tradiciones homeróticas del mundo islámico.

La existencia de vinculos entre grupos de inmigrantes lgbt y los paises de origen de sus miembros (a traves del correo electronico, visitas, etc.) ha hecho tambien posibles acciones de solidaridad internacional concretas y a veces puede facilitar la creacion de grupos lgbt en paises dependientes.

 

15. A la mitad de la década de los 70 se observó el surgimiento en gran parte del mundo desarrollado, particularmente en los EEUU, de una reacción de derecha dirigida contra los logros del movimiento feminista, así como del movimiento lésbico/guei . Las organizaciones extremistas conservadoras, bien financiadas, de fuerte militancia religiosa, han desarrollado agendas políticas contra problemáticas sexuales que afectan a las mujeres, la comunidad lésbico/guei y a la juventud. Varias de estas organizaciones de derecha y sus simpatizantes han convertido a las personas LGBT en blanco de intimidación física y, en algunos casos, de extrema violencia, comúnmente instigados por la retórica viciosa del odio homofóbico. La fuerza de esta reacción derechista, que se extiende desde entonces, también ha influido a mucho del mundo subdesarrollado contra los logros de los movimientos sociales de la década de los 60 y no debe subestimarse. Más recientemente, en algunos países de la Europa imperialista, algunos partidos de la derecha populista o neoliberal han atacado a las comunidades de inmigrantes bajo el pretexto de que su opresión de mujeres y gueis, que supuestamente, es contraria a los "valores occidentales".

           Junto con su fuerte condena al racismo y la xenofobia, los movimientos antifascistas deben también denunciar vehementemente, y organizarse en la militancia contra, la violencia anti-guei que está presente en la sociedad. Apoyamos la defensa de los lgbt en contra de la violencia de la derecha organizada y de los intolerantes no organizados. De igual manera los movimientos lésbico/gueis deberán buscar coordinarse con otros sectores de la sociedad atacados por la derecha, tal como los inmigrantes, las/los jóvenes, gente de color, judíos y los de izquierda política para luchar más eficazmente contra el enemigo común, la derecha religiosa y el fascismo. Al mismo tiempo los movimientos lésbico/gueis deben desenmascarar la hipocresía y las contradicciones de la derecha neoliberal y populista. Desafiando al poder político y a las campañas anti-guei de las iglesias católica, ortodoxas orientales y grupos protestantes evangélicos así como de los fundamentalistas islámicos, hindúes y judíos, los movimientos lésbico-guei deberán aliarse con otros para luchar por la separación completa entre la religión y el Estado.

           Particularmente en países donde las personas LGBT son reprimidas cruelmente, haciendo alianza con organizaciones que luchan por los derechos humanos en general y que incluyan a la problemática de las LGBT como mecanismo útil para comenzar una organización lésbico-guei . Dado el nivel de represión hacia las personas LGBT en algunos países, nosotros apoyamos los derechos de asilo para las personas LGBT que han sido perseguidas, amenazadas o simplemente no pueden vivir en sus países de origen por su orientación sexual.

 

16. Desde que fue identificado por primera vez el SIDA entre los hombres gueis en los EE.UU, en 1981, la asociación entre HIV con homosexualidad ha engendrado la estigmatización global de las relaciones sexuales entre hombres, repatologizando así la homosexualidad. A veces, los activistas lesbico/guei han abandonado otras tareas lesbicas /guei por la urgencia de la epidemia o sucumbido a presiones para volverse institucionales o profesionales. Pero también las respuestas necesarias al HIV en varios países han permitido nuevos espacios sociales y políticos, lo cual se ha expresado particularmente en los retos al poder del establishment médico,  un cuestionamiento de la forma en que las autoridades desempeñan sus responsabilidades en cuanto a la salud pública  y la demanda de que sea la propia gente con SIDA la que ejerza el control sobre la salud pública.  Esto también hace posible un aumento de los recursos para el desarrollo de organizaciones de gueis, y más apertura en la discusión pública abierta sobre la sexualidad y las prácticas sexuales. En varios países, una generación de activistas lésbico-gays nueva, tanto en términos de su edad como de su proceso de radicalización, se ha puesto a la cabeza de la defensa y  organización de los servicios educativos sobre el SIDA, mientras que las comunidades guei han estado a cargo del peso del cuidado y del duelo. La experiencia del activismo guei ha sido comúnmente canalizada al liderazgo de las organizaciones pares para personas con VIH, y las organizaciones de guei y lesbianas se han encontrado en alianzas de activismo con usuarios de drogas inyectadas y personas que se ganan la vida en el comercio sexual.

           El SIDA es la cuarta causa principal de muerte en el mundo. En Africa es la causa principal de muerte. En los países africanos y asiáticos donde la epidemia del VIH es la más intensa, las relaciones heterosexuales sin protección, y no las relaciones sexuales entre hombres sin protección, son responsables de la gran mayoría de las infecciones. Mas todavía, en Africa occidental y al sur, en Latinoamérica y en el sur de Asia, las comunidades guei están sufriendo aumentos en los niveles de infección, enfermedad y mortalidad.

           La lucha global contra el VIH requiere vincular varias dinámicas y luchas:

           * contra el estigma, discriminación y aislamiento,

           * contra el heterosexismo y sexismo,

           * contra el racismo y el imperialismo,

           * por derechos democráticos y derecho a que grupos oprimidos se organicen autónomamente,

           * contra la censura y contra el control religioso de la educación y de los servicios y salubridad sociales,

           * por la derrota de la llamada lucha contra las drogas,

           * por servicios de salud efectivos y gratuitos, y

           * contra las sobre-ganancias de las compañías farmacéuticas internacionales. Específicamente, estamos en solidaridad con los que se enfrentan a las corporaciones farmacéuticas que impide el acceso a los medicamentos en el Tercer Mundo a precios razonables. El exito de la campanha contra las companhias farmaceuticas en Sudafrica tiene muchas implicaciones importantes. La batalla reunio a activistas contra el SIDA, sindicalistas y opositores de la mundializacion en una alianza amplia y exitosa. La mayoria de los involucrados, sobre todo la COSATU y la Campanha de Accion por el tratamiento han reconocido posteriormente que la batalla debe darse ahora en dos frentes: (1) demandar que l gobierno sudafricano – y tambien los patrones – entreguen medicinas; y (2) organizar la oposicion contra las acciones del gobierno de los Estados Unidos para acusar a Brasil en la OMC por el asunto de las medicinas genericas. Todo ello ha significado que la lucha contra el VIH se ha integrado en las mentes de millones con la lucha contra la mundializacion.

           Ademas de la importancia intrinseca humana y de la urgencia de la lucha contra el SIDA, hacer trabajo en torno al SIDA entre hombres que tieren relaciones sexuales con otros hombres puede ser una manera util de empexar a trabajar por una liberacion lesbiana/guei eb paises que todavia no cuentan con organizaciones lesbianas/guei.

 

17. En diversos países en el mundo hay un creciente reclamo por el reconocimiento legal de las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo. La posición de la Cuarta Internacional en relación a ésto es el derecho a la igualdad - para hombres y mujeres, en matrimonio o fuera de él, de las LGBT con gente heterosexual. Actualmente la gente puede adquirir una cantidad de derechos por casarse y algunos de estos derechos favorecen a los hombres principalmente. De tal manera que, por ejemplo, estamos a favor del derecho de toda persona, cualquiera que sea su estado de pareja o sexualidad, a poder adoptar niñ@s o ganar la custodia de niñ@s. Todas las decisiones sobre la custodia, el acceso y la adopción deben formularse teniendo en cuenta el interés real de los niños, en vez del supuesto de que una familia nuclear, no importa cuán violenta o desagradable, siempre favorece sus intereses. Tampoco apoyamos la idea de que los niños sean tratados como la propiedad de los adultos.  Los niños deben poder expresarse en esas decisiones. Estamos también en contra de las leyes de impuestos que beneficien a las personas casadas o emparejadas  sexualmente a largo plazo.

           Mientras luchamos contra esas leyes y reglamentos que privilegian a los casados, reconocemos que la demanda por los derechos de la pareja, y en algunos contextos por el derecho a casarse, es una demanda que esta movilizando a gran cantidad de gente LGBT. Esto no nos sorprende por dos razones: porque las prácticas discriminatorias contra las personas no casadas continúan, y porque sabemos que la ideología tiene su propia dinámica. En el mundo enajenado de la sociedad capitalista el matrimonio no solamente trae consigo beneficios materiales sino también, seguridad emocional (sean los beneficios otorgados en la práctica o no). Apoyamos  el matrimonio entre personas del mismo sexo, con igualdad y plenitud de derechos.

           También demandamos mejores derechos legales para las parejas, sean del sexo o no, que no desean contraer matrimonio. Las parejas deberán poder establecer y asegurar el reconocimiento por derechos y responsabilidades mutuas de modo variado, no sólo bajo el modelo único de matrimonio. Todas las opciones deben ser de igual acceso a las parejas, sean del mismo sexo o diferente sexo.  Por ejemplo, donde la ley existente automáticamente confiere al esposo o consorte de una madre natural el derecho a considerar al niño como 'suyo', la pareja homosexual de la madre natural debe tener los mismos derechos. También luchamos contra los tiempos de espera adicionales para oficializar a las pareja del mismo sexo y la negativa o dificultades adicionales impuestas  a las parejas de homosexuales inmigrantes al solicitar permisos de residencia.

           También es importante aumentar los derechos de los individuos independientemente de que sean gente que viva en pareja o soltera. Los derechos individuales de las mujeres, en particular, no deben depender de la relación con los hombres. Los derechos individuales reales requieren de apoyo social. Las políticas de austeridad neoliberal han cortado en jirones el apoyo social, privatizando lo que deberían ser responsabilidades sociales e imponiéndolas una vez más sobre la familia. El cuidado de l@s enferm@s, ancian@s, jóvenes, personas incapacitadas o desempleadas es derecho de éstos y, es responsabilidad de los gobiernos no asumida, que se prefiere que lo hagan en cambio los esposos, esposas, parientes, niñ@s cuiden de los enferm@s. Los movimientos lésbico/gueis deberían tratar de evitar que más gente quede atrapada en estas humillantes formas de dependencia y en lugar de ésto, deberían aliarse con grupos de mujeres y sindicatos que quieren cambiar esta situación.

           Actualmente los debates sobre la pareja del mismo sexo y el matrimonio son una oportunidad para las personas LGBT revolucionarias para trabajar en conjunto con los actuales movimientos lésbico/gueis, que buscan hacer resurgir el reclamo original del movimiento por una liberación genuina. Conjuntamente se puede trabajar para contrarrestar la percepción de "naturalidad" de la heterosexualidad, desafiar roles de género, y cuestionar si la potestad sobre hij@s y derechos de herencia deberán estar tan basados en la paternidad biológica. Trabajaremos para abrir una puerta a través de la cual puedan contemplarse nuevas posibilidades: nuevos tipos de relaciones sociales y emocionales, más allá de una enajenación y dependencia; nuevos patrones de unos, pares o algunos, que florezcan en la diversidad y en la libertad.

 

18. Las personas transgenéricas - aquellas personas que no encajan en el sistema hegemonico de dos generos, incluyendo travestis, transexuales, personas que no se identifican con un genero y muchos otros -son comúnmente las personas más oprimidas entre las de sexualidad orientada hacia el mismo sexo. De hecho, muchas personas, cualquiera que sea su sexualidad, sufren una opresión por que no se conformen plenamente a las normas de género; por ejemplo, los hombres que sean considerados como "efeminados" a veces experimenten formas de discriminación propias a las mujeres. Las personas transgenéricas también tienen una larga historia de lucha contra su propia opresión. L@s"hijras" en Pakistán y l@s"warias" en Indonesia se organizaron por sus derechos en la década de los 60's antes que los movimientos de liberación lésbico-guei europeos y norteamericanos se fundarán. Las "drag queens" ("locas") de Puerto Rico fueron las primeras en luchar contra la policía en la Rebelión de Stonewall de 1969 en Nueva York. Mientras que los movimientos por los derechos de las lesbianas y gueis han ganado respeto y consolidado una perspectiva reformista, las personas transgenéricas han sido excluidas, ignoradas, marginadas y tratadas como elementos vergonzantes. Apoyamos los esfuerzos de las personas transgenéricas para resistir la marginalización, para organizarse así mismas independientemente, y ganarse la inclusión total los movimientos lésbico-guei .

           Las personas transgenéricas tienen necesidades y demanda de importancia específica para ellas, que los movimientos lésbico-guei deben retomar. Son ell@s, por lo general, las personas particularmente propensas a ganar su subsistencia en el mercado sexual, las que son discriminadas cuando buscan otro tipo de empleo, siendo hostigadas y atacadas por policías y maleantes. Estamos en defensa de sus derechos respecto a su seguridad y su igualdad de derechos de vivienda y empleo. También sufren la negativa de las autoridades a reconocer su identidad de género en un amplio rango de circunstancias. Mientras reconocemos la necesidad de clasificar a la gente, a veces de acuerdo al sexo para que las mujeres se puedan organizar en contra de su propia opresion, también cuestionamos la necesidad de registrar a la gente por su sexo de manera rutinaria bajo cualquier forma y por cualquier motivo irrelevante. Rechazamos que se someta a la gente transgenérica al igual que a todos los  hombres u mujeres en general a categorías estereotipadas socialmente y biológicamente sobre lo que constituye la masculinidad y la feminidad (lo cual se manifiesta, por ejemplo, en el vestido escolar o de trabajo, en la mutilación de los bebés hermafroditas, el tratamiento con hormonas de los adolescentes que supuestamente no se comportan 'como es debido' en términos de género, y en las lecciones formales de comportamiento estereotípico para los transexuales). Defendemos el derecho de cualquier pesona a desarrollar plenamente su personalidad individual.

Las personas transgenericas deben tener el derecho a los servicios medicos que consideren apropiados, incluyendo la cirugia la llamada cirugia para reasignación de sexo, tratamientos hormonales y psicoterapia. Deben tener derecho al seguro medico para esos tratamientos y a obtener los cambios correspondientes en su documentación sin o con operación.

 

19. Concebimos el movimiento lésbico/guei como uno inclusivo en el sentido amplio, que junte a todos aquellos que quieran vivir libremente sus sexualidades y amor con gente del mismo sexo. En diferentes países  y  culturas esto puede incluir a gente  que vive en diversos tipos de relaciones y estilos de vida que se identifican en una variedad de formas.  Estamos opuestos a cualquier concepción del movimiento lésbico/guei que limite las condiciones de participación basado en ningún estándar exclusivo de la homosexualidad. 

           En muchos países y culturas particulares los hombres suelen tener contactos sexuales con otros hombres mientras guardas las apariencias exteriores de conformidad con las normas culturales de la masculinidad, cumpliendo los roles familiares que se esperan de los hombres, y no identificándose públicamente como gueis o bisexuales.  En el proceso de organización contra el SIDA en algunos países a tales hombres se les conoce como 'hombres que tienen relaciones sexuales con otros hombres.'  Un asunto que ruge en estas situaciones que ha generado muchas tensiones es que cuando la gente que no se identifica como LGBT pero tiene relaciones sexuales con personas del mismo sexo, tratan a sus compañer@s sin respeto debido a la internalización de las normas heterosexistas. Un primer paso importante hacia la liberación sexual en esos casos es que laos hombresóy mujeresótraten a sus parejas  que sí se identifican como lesbianas, gueis, o transgenéricos con respeto y solidaridad. Un próximo paso es que esas personas se incorporen al movimiento lésbico/guei, independientemente de como definan sus identidades sexuales en el proceso. 

           En algunos países y circunstancias  los bisexuales y otras minorías sexuales podrán optar por organizarse autónomamente, ya sea dentro o fuera de los movimientos lésbicos/gueis, en torno a asuntos específicos a su grupo o en torno a asuntos más amplios tales como el SIDA, la violencia o la diversidad.  Apoyamos su derecho y respetamos su opción a hacerlo, mientras continuamos trabajando hacia la alianza más amplia posible para las personas que sufren de la opresión sexual.  Los bisexuales pueden encontrarse aislados tanto dentro de las sociedades heterosexuales, como dentro de las comunidades lésbico-gueis. La naturaleza misma de su orientación sexual les permite pasar desapercibidos o parecer "normales" a la sociedad en general, y que otros aspectos de su sexualidad no sean aparentes o considerados meramente "experimentales". Cuando los bisexuales intentan romper con esa invisibilidad y salir al aire libre como bisexuales,  para que se reconozca su orientación sexual y que se reconozca como expresión legítima de la diversidad que existe en las comunidades lésbicas/guei  y en la sexualidad humana en general. Esta posición de que salir al aire libre es positivo es la misma que adoptamos hacia las lesbianas y los hombres guei. La mejor manera de superar las  tensiones que existen en el movimiento entre la gente de diversas identidades sexuales es construyendo un movimiento inclusivo y construyendo la lucha contra el heterosexismo.

 

20. Apoyamos  las campañas en contra de la psiquiatría que define a la homosexualidad y transgeneridad como patologías y contra la barbarie de los intentos de medicalización y la "cura" de las personas LGBT (a través de sicoterapia, terapia aversiva y neurocirugía).

 

21. El legado ideológico del estalinismo, que recriminalizó la homosexualidad en la Unión Soviética, en 1934 tras su despenalización después de la revolución Bolchevique, aun se refleja en la discriminación en contra de las personas LGBT en China, Vietnam, Cuba y otras sociedades en transición. Mientras que las peores manifestaciones de represión quedan en el pasado, y ha existido un mayor grado de tolerancia en los años más recientes, aun no se logra una plena igualdad. El régimen chino aun no permite que la gente lésbico/guei se organiza abiertamente  como tal. Igual que en el resto del mundo, la Cuarta Internacional apoya los esfuerzos por organizarse en torno a la lucha por los derechos lésbico/gueis en China, Vietnam, Cuba y otras sociedades en transición. Esperamos que los movimientos lésbico/guei en estos países se alíen con los trabajadores, las mujeres y otras oposiciones a los regímenes burocráticos y crezcan para conformar un movimiento por la democracia socialista. Las alianzas con las feministas serán claves para poder desafiar las ideologías y políticas sexistas y heterosexistas que se sustentan en la familia heterosexual. Pero esta posibilidad será una mera utopía si los movimientos democráticos y feministas no apoyan a las luchas lésbico/guei ni realizan esfuerzos para combatir los prejuicios anti-guei en sus propias filas, y los movimientos gueis no luchan en contra del chauvinismo masculino.

 

22. Como los socialistas, nuestra lucha contra el sexismo debe de incluir la lucha para cambiar el papel que juega el sexo y la sexualidad en nuestra cultura, para luchar por una sexualidad más libre y una sexualidad más consciente. Esto requiere que adoptemos una actitud más crítica y transformadora hacia nuestras definiciones existentes de la sexualidad. La premisa básica para hacer estos cambios debería ser que nuestras definiciones de sexo, sexualidad, nuestra identidad de género, y nuestra identidad sexual tal como lesbiana, guei , bisexual, heterosexual, son fundamentalmente sociales, histórico-culturales y algunas veces hasta construcciones políticas, que por lo tanto son cambiables. Entonces, la gente puede hacer y hace distorsiones acerca de su propia sexualidad. En búsqueda de nuestra redefinición de sexualidad, tenemos obstáculos reales, tales como la falsa consciencia, la alienación, internalización de relaciones de opresión, normalización de la cultura sexista y formas emocionales de represión. Esto, es lo que hace al debate amplio, no a la censura, y la crítica de la sexualidad en nuestra cultura, tan vital en la lucha por entender y cambiar esa cultura en beneficio de la sexualidad humana. Nosotros apoyamos los esfuerzos para dar a las personas LGBT más medios de expresión cultural, incluyendo los medios masivos.

           Una nueva sexualidad, liberada del sexismo puede emerger a través de un largo proceso de debate abierto y la exploración, sobretodo en el feminismo, para lo cual tenemos unas cuantas líneas directrices e indicadores de lo que serán los resultados. No hay una vanguardia ilustrada o una minoría que proclame saber lo que es la sexualidad "feminista", "correcta" y debemos rechazar cualquier tendencia en su intento, sea de fuerzas de la derecha religiosa o de diversas tendencias dentro del feminismo (tales como las feministas de la diferencia), de imponer una línea sexual "correcta". En algunas partes del mundo, estas fuerzas religiosas fundamentalistas y feministas conservadoras han solicitado que se legislen los códigos de conducta entre los cuales se incluyen la criminalización de la homosexualidad y censura de materiales de sexualidad explícita. Los marxistas revolucionarios, en cambio, deberán proponer caminos hacia la emancipación propia, lo cual no solo es crítico, sino a su vez, democrático, participativo, y tolerante de la diversidad de nuestros deseos sexuales.

           La principal demanda para abrir el camino a tal proceso de emancipación sexual es la defensa de la consensualidad y autodeterminación. Por lo tanto, una parte intrínseca de nuestra lucha por la autonomía sexual, también deberá articular la lucha contra las restricciones legales al consentimiento de las relaciones sexuales y, la lucha contra todas las formas de discriminación sexual. Inclusive, la lucha por elevar las condiciones materiales que les haría posible a todos los miembros de nuestra sociedad (mujeres, y también a niños a hombres), resistir a las imposiciones de aquellos que violen sus derechos y su autonomía sexual mediante relaciones sexuales y/o encuentros emocionales no deseadas. Por lo tanto, las demandas fundamentales por empleo pleno, programas de acción afirmativa para mujeres y minorías, ingreso estable y estancias infantiles confiables y de calidad, vivienda, servicios de salud y derechos reproductivos, incluyendo el aborto son apuntalamientos esenciales para la autonomía sexual. La necesidad de combinar la lucha por una sexualidad más libre con la lucha para defender la seguridad social neta y empleo pleno es la clave para confrontar la reacción de la derecha contra las mujeres y la comunidad LGBT.

 

 

Tercera parte

Nuestras tácticas en la construcciones de los movimientos

 

23. Todas las personas LGBT son oprimidas como tales, y potencialmente podrían incorporarse al movimiento por sus derecho y liberación. La lógica misma de la lucha de liberación lésbico-guei particularmente en tiempos en los que el feminismo y otros movimientos radicales van en ascenso, puede orientar a los activistas a retomar políticas radicales o revolucionarias. Esta lógica puede y debe orientarl@s a aliarse con el movimiento de l@s trabajadores/as - pero para que suceda esto las LGBT deberán organizarse dentro y fuera de movimiento de l@strabajadores/as para luchar contra prejuicios heterosexistas, que existen en la clase trabajadora y por doquier. Nuestras secciones en su totalidad deberán luchar para lograr que en organizaciones del movimiento laboral se abogue por las demandas de las personas LGBT y apoyar la auto-organización para estos grupos - y para otros- dentro de las organizaciones del movimiento laboral. Al mismo tiempo, las LGBT no podrán ni querrán posponer su lucha, hasta que el movimiento de las/los trabajadoras/es o cualquier otro movimiento retomen su problemática. Esto significa que las personas LGBT necesitan su propio movimiento autónomo, el cual respetamos y apoyamos. Parafraseando la resolución de 1979 de la liberación femenina, por autónomo nos referimos a que, el movimiento esté organizado y dirigido por personas LGBT, lo que implica luchar por sus derechos y necesidades como prioridad única, rehusando a subordinar esa lucha a cualquier otro interés; o sea, no subordinarse a las decisiones o las necesidades de las políticas, de ninguna tendencia política o ningún otro grupo social.

 

24. Tal y como la resolución de 1979 sobre la liberación de las mujeres planteaba, "Las lesbianas se han organizado como un componente del movimiento por los derechos gueis, por lo regular encontrando la necesidad de luchar dentro del movimiento guei por el reconocimiento de sus demandas específicas como mujeres guei. Pero, las lesbianas también sufren opresión como mujeres. Muchas de ellas se radicalizaron primero como mujeres y sintieron la discriminación que sufrieron debido a su orientación sexual como un solo aspecto de las limitaciones socioeconómicas las mujeres enfrentan al tratar de determinar el curso de sus vidas. De esta manera, muchas lesbianas estuvieron en las primeras filas del movimiento feminista desde sus inicios. Han formado parte de todas las corrientes políticas dentro del movimiento de liberación de las mujeres, desde las separatistas lésbicas, hasta las marxistas revolucionarias, y han contribuido a que el movimiento en su conjunto sea más consciente de las formas específicas de opresión que enfrentan las mujeres guei". Esto no siempre ha sido una lucha fácil ya que el movimiento feminista frecuentemente ha respondido de forma problemática a las acusaciones de lesbianismo de la derecha y no ha hecho campaña sistemática en torno a las demandas específicamente lesbianas.

           En muchos países, las lesbianas organizaron independientemente de los hombres guei y del movimiento feminista más amplio. La organización de lesbianas de manera independiente ha sido esencial para la movilización en torno a las demandas lésbicas y para lograr el cambio. Como resultado de la persistencia de las lesbianas, hoy en día el movimiento lésbico/guei está mucho menos dominado por los hombres y tiene un mejor entendimiento de que la opresión de las lesbianas socava los avances del movimiento feminista.

 

25. Dentro de la movimiento lésbico-guei, como en otros movimientos, defendemos los métodos que movilizan activamente a tantas personas LGBT como sea posible; en el mismo sentido, preferimos más los apoyos a los movimientos de mujeres y de trabajadores. Aquí como en cualquiera de los otros campos de trabajo con los cuales nos involucramos, luchamos continuamente contra ideologías, líderes y organizaciones los cuales nos llevarían a callejones sin salida. Debemos responder una vez tras otra a los argumentos con los cuales fundamentalmente estamos en desacuerdo, incluyendo los siguientes:

           * el argumento de que debemos evitar las posiciones "crudas" o "radicales" para no alejar a las personas de posiciones mayoritarias heterosexuales o, "simpatizantes" liberales, socialdemócratas o populistas;

           * reticencia para unirse haciendo amplias campañas en torno a reformas limitadas;

           * el argumento del "estilo de vida" - refiriéndose al estricto sentido del tema de la liberación sexual - son distracción de temas económico y político;

           * en los países imperialistas el argumento para desestimar la necesidad de grandes movilizaciones es que ya "casi estamos igual",

           * la reticencia a buscar alianzas sea ya con trabajadores del movimiento o otros grupos autoorganizados;

           * una visión de las categoria sociales existentes de huei y lesbiana como entes eternos y, sobre esa base, de gueis y lesbianas como una minoria permanente de la poblacion lo cual omite reconocer que la  liberación lésbico-guei tiene implicaciones universales comunes;

           * la insistencia a la organización, como ciudadanos, como rebeldes sexuales o seres humanos en abstracto - esto demerita la importancia de las comunidades LGBT para la sobrevivencia cotidiana, y base de la organización;

           * una reticencia a confrontar la división dentro de nuestros propios movimientos, en la cuestión de género, raza o clase.

           Impulsamos por la mayor unidad posible y democracia entre los movimientos, en tanto reconocemos el derecho y necesidades de las mujeres, de negros, gente con desventajas fisiológicas, bisexuales, gente transgenérica, personas oprimidas por su nacionalidad y otras, a organizarse de la misma manera independientemente. En general tratamos que en los movimientos avancen la participación y los intereses de la gente LGBT de clase trabajadora. Mientras construimos los movimientos lésbico/gueis y respetamos su autonomía, trabajamos con otros movimientos para adelantas las demandas de los movimientos obreros, y las perspectivas internacionales. Promulgamos las ideas Marxistas revolucionarias y las feministas, y a que creemos que proveen el mejor fundamento para llevar a los movimientos hacia la completa liberación lésbicos/guei, y en este contexto aspiramos a cumplir un papel en su liderazgo.

 

 

Parte IV

Perfil público y vida de nuestras organizaciones

 

26. Las secciones de la Cuarta Internacional deberán apoyar la lucha de liberación de los LGBT sea que un movimiento social autónomo organizado en torno a la problemática en el país de dicho movimiento, exista o no. En los países donde dicho movimiento exista, la sección deberá promover y apoyar la participación en éste, así como también en la lucha de movimientos progresistas que generalmente apoyan las demandas del movimiento lésbico-guei . En algunos países, la secciones de la Cuarta Internacional han tenido contribuciones decisivas al surgimiento de movimientos lésbico-guei . La Internacional habría de retomar estas lecciones del logro de éstas secciones, para ayudar a las de los países donde no existe tradición de dicho trabajo. En países donde no existen actualmente movimientos autónomos, la labor de la sección consistirá predominantemente en generalizar la propaganda y tomando ampliamente las demandas específicas de LGBT al seno de movimientos progresistas.

 

27. En nuestra corriente marxista, tenemos una concepción de una liberación social y sexual para los LGBT que va más allá de la demanda limitada de igualdad formal en la sociedad capitalista. Buscamos una revolución profunda en las relaciones de género y de la sociedad donde, los privilegios heterosexuales comienzan a desaparecer, y que las identidades sexuales tengan pocas posibilidades de construirse del mismo modo que hoy.

           La esfera del privilegio - donde las mujeres al igual que la gente LGBT son más oprimidas y su opresión es más compleja - es donde debemos cuestionar nuestros hábitos. La lucha es fundamentalmente ideológica contra la sociedad patriarcal y heterosexista, así como a su sistema de valores y prácticas, lo cual exige discusiones en sesiones por todos sus miembros en las secciones, no sólo a nivel del liderazgo sino también en nuestra base estructural y formación de cuadros. El prejuicio heterosexista debe combatirse por tod@s l@smiembros en las secciones.

           Parafraseando la resolución de 1979 de la liberación femenina, "no tenemos ilusión de que las secciones vayan a ser islas de la sociedad socialista del futuro flotando en el marasmo capitalista, o que l@scamaradas puedan escapar a la educación y condicionamiento absorbido del esfuerzo diario de sobrevivir en la sociedad de clase.... Pero, es una condición de los miembros de la Cuarta Internacional que la conducta de l@s camaradas y las secciones estén en armonía con los principios sobre los cuales nos basamos.... Luchamos por crear una organización en la cual el lenguaje, las bromas, la violencia personal y los actos de expresión de intransigencia chauvinista no serán tolerados".

           Los prejuicios, dentro de un partido revolucionario, le conciernen a todas/os l@s miembros. A menudo los miembros LGBT - especialmente las/los jóvenes - no están suficientemente tranquilos de expresar sus puntos de vista o de sacar sus temas como los otr@s camaradas. Lo mismo sucede entre camaradas mujeres y hombres. Debe considerarse que factores como el autoestima y la autoconfianza son factores en riesgo cuando la educación tradicional les ha enseñado a avergonzarse de lo que son. Con frecuencia un camarada podría ser un partidario dedicado de las posiciones del partido sobre homosexualidad, y sin embargo, en su vida personal o en las relaciones establecidas dentro del partido, puede ser extremadamente opresivo.

           Cuando esto sucede, no es solamente un asunto personal, sino que concierne a todo el partido, y debe ser abierta y completamente discutido. Algunos camaradas - incluso algunas secciones? - tienen posiciones conservadoras sobre la homosexualidad. Ciertas creencias que han sido plantadas por muchos años pueden ser difíciles de cambiar. Varios de los cambios radicales que han propuesto los movimientos de las LGBT generalmente no son aceptados en la sociedad o ni siquiera entre los revolucionarios, porque pertenecen a esa dimensión que usualmente llamamos " de lo privado". Pero es allí donde los cambios comienzan: es un esfuerzo necesario si queremos ser reconocidos y tomar parte en el movimiento de las personas LGBT, con todo su potencial subversivo. Así como en el texto sobre "políticas de sanción en un partido feminista", aprobado por el Congreso de 1989 del PRT mexicano, "esto no es materia que ofrece recetas o modelos para la vida. La búsqueda de nuevos hombres y mujeres es sólo eso: una búsqueda. Sabemos que nuestra liberación no es posible en un sistema capitalista, pero precisamente eso es una de las contribuciones de nuestra corriente internacionalista, reconocer la necesidad de luchar por el cambio comenzando ahora". Ese cambio no puede esperar al socialismo.

 

28. Las condiciones deben crearse para la existencia del trabajo de las personas LGBT de nuestras organizaciones las cuales permitan a los miembros LGBT preparar una intervención organizada en los movimientos LGBT - donde existan - y a tener sus propias estructuras de discusión, cuando sientan que las necesitan. Deberíamos ver críticamente a las condiciones que ofrecemos, en nuestra propia organización, para las/los militantes LGBT. Las secciones deben ser receptivas a las personas LGBT así como capaces de apoyar la reafirmación de éste campo de la lucha política.

           Hombres guei, lesbianas, bisexuales y personas transgenéricas son todas oprimidas por el heterosexismo de la sociedad capitalista patriarcal. Sin embargo, esa opresión se manifiesta y se experimenta de modos diferente por cada uno de estos grupos. Mientras esto significa que dentro de los movimientos autónomos mismos deberá haber la necesidad de agrupar por separado a estos grupos específicos, esto es particularmente difícil en la mayoría de nuestras secciones de replicar en base a una estructura permanente siempre y cuando no nos hallamos convertido en al menos un partido de masas pequeño. Por lo tanto debemos adoptar estructuras y normas que permiten el encausamiento ad hoc de estos grupos, cuando y si, surge la necesidad, pero dar prioridad a la construcción de las causas de las personas LGBT como tales.

 

29. Las organizaciones europeas de jóvenes son el sector de la Cuarta Internacional en el que la problemática de las lesbianas y gueis, ha sido más regularmente una preocupación política, aunque por supuesto esto continua desequilibrado. Uno de los elementos más importantes impulsando esto, ha sido la visibilidad del tema en los campamentos de jóvenes desde el principio de la década de 1980 y la introducción de un espacio específico lésbico-guei desde 1989 en adelante. No sólo esto ha puesto la interrogante en la agenda para todos l@s participantes sino que también ha proporcionado una oportunidad para que las/los camaradas jóvenes de las diferentes organizaciones - donde pueden sentirse aislados dado el pequeño tamaño de nuestras organizaciones juveniles - a juntarse retomando impulso político y social unos de los otros.

           Las campañas contra la represión sexual de la juventud deben ser un atributo central de la actividad de nuestras organizaciones juveniles y presentar la orientación sexual como una elección. Tal propaganda o acciones de campañas deben desafiar también los roles sexual y de género dominantes.

           Mientras continúa la exigencia que el Estado satisfaga su responsabilidad por la educación sexual y atención a la salud, deben ellos ayudar a educar a sus miembros, hasta donde sea posible, sobre anticoncepción, elección sexual, género, machismo y homofobia. Particularmente en los campamentos juveniles, escuelas y otras actividades de nuestras organizaciones, donde los participantes pueden estar activos sexualmente, tenemos la responsabilidad de que los condones y la información sobre la salud sexual esté disponible para prevenir los embarazos no deseados y la transmisión del SIDA y otras enfermedades venéreas.

           Las demandas entorno a la educación sexual y atención a la salud pueden también ser herramientas efectivas de movilización estudiantil y de jóvenes fuera de nuestras filas. El compromiso de las organizaciones juveniles de retomar los asuntos lésbico/gueis como uno de sus puntos de organización política es de hecho esencial, porque es entre la juventud que podremos encontrar mayor comprensión de esta problemática difícil mezclada con la problemática personal y política - esto se ha demostrado en la práctica en países donde la Cuarta Internacional ha realizado trabajo lésbico-guei.

 

30. La heterosexualidad de nuestr@s miembros no debe asumirse en las discusiones internas de nuestra organización, haciéndolo se excluyen otras posibilidades tal como la educación heterosexista lo hace- y es equivalente a la "invisibilidad" con la que la sociedad heterosexista patriarcal condena la realidad de las personas LGTB en muchos países.

           La mayoría de las veces los miembros LGTB escogen hacer trabajo por las personas LGBT porque ellas sienten personalmente la necesidad de esto. Pero uniéndose a un grupo LGBT no es lo mismo que unirse, por ejemplo a un grupo antirracista. Las interrogantes íntimas y políticas en torno a la sexualidad implican dificultades particulares de aproximación y deben también ser tratadas a nivel personal. A menudo, retomando la problemáticas sobre las personas LGBT implica revelar algo sobre nuestras propia vida íntima, que aveces no es un proceso fácil de encarar. Entonces cada miembro del partido debe sentirse absolutamente bienvenido a tomar parte en la labor de las LGBT, sin sentir que su orientación sexual esta siendo juzgada y sin habérseles señalado que otras áreas "son más importantes".

 

31. Las secciones de la Cuarta Internacional deben pelear conscientemente hasta el límite donde la opresión de la gente LGBT en nuestra sociedad es reproducida dentro de nuestras organizaciones. Esto no sólo significa que las bromas o conductas sexista/heterosexista deban evitarse. Significa también crear condiciones para la participación de las/os miembros LGBT en la vida de nuestras organizaciones, como revolucionari@s y como militantes LGBT. Para que esto sea posible, es fundamental integrar la problemáticas de las personas LGBT en la agenda política.

           Como se señala en el texto antes citado del PRT mexicano, "nosotras, como mujeres requerimos un cierto equilibrio de fuerzas de manera que la cuestión de género puedan siempre estar presentes.... Para que esto suceda, necesitamos.... crear espacios de discusión para las mujeres donde no los hay, y donde los hay debemos reforzarlos". Creemos que esto también se aplica a los camaradas LGBT.

 

32. En países donde las secciones han organizado grupos LGTB, es necesario que la organización entera tenga acceso a lo que producen y ser discutido. La discusión interna sistemática en torno a la problemática de las personas LGBT es una condición para la colectivización del tema, para cambiar hábitos discriminatorios que puedan existir en nuestras organizaciones, y aún ayudar a las/los camaradas LGBT - especialmente aquellas quienes son muy activas en el movimiento LGBT - a tener una perspectiva revolucionaria sobre la problemática LGBT. Es necesario que las secciones estimulen y sean abiertas a la organización de comisiones y comités, así como también la formación de fracciones en torno a esta problemática. Pero más que preparase solamente para discutir temas de LGBT, cada miembro de las secciones debe apoyar voluntaria y activamente acciones y campañas LGBT.

           Refiriéndonos al texto de la resolución de 1979 de la liberación femenina "tal como en cualquier otro asunto, el liderazgo y l@s militantes miembros del partido, deben estar enterados sobre el trabajo, participar colectivamente en la determinación de nuestra línea política y de la responsabilidad de llevar a cabo nuestras campañas y propaganda hacia todas las áreas de la lucha de clases donde seamos activos". La problemática lésbico-guei deberá ser parte de nuestras discusiones a los niveles local, regional e internacional. Tod@s las/los miembros deberán ser educados sobre la liberación lésbico-guei en nuestras escuelas locales, nacionales e internacionales. Esto significa también que la prensa de nuestra organización debe cubrir y comentar sobre el movimiento de las personas LGBT.

 

33. La problemática de las personas LGBT debe ser integrada a las declaraciones públicas de las secciones y las intervenciones diarias de nuestras/os miembros. Los integrantes que están activos en movimientos sindicalistas, antirracistas, etc., deben plantear las demandas lésbico/gueis en su trabajo político. Las personas LGBT miembros de nuestra sección deben ser impulsadas a tener una presencia activa y organizada en el movimiento de las LGBT hacia fuera, en una perspectiva revolucionaria. Donde sea posible, dependiendo de las oportunidades políticas en cada país, y en otros campos de trabajo, intentamos, como en las otras esferas de trabajo, en llegar a posiciones de acuerdo con y hacer trabajo conjunto con otras fuerzas de izquierda que están activas en torno a estos asuntos. Ya que l@s militantes revolucionarias son una minoría dentro del movimiento de las LGBT, el contacto con las organizaciones de personas LGBT - hacia fuera - es importante incluso cuando las secciones no tengan miembros LGBT vinculados al movimiento.

           Uno de los efectos de presión hacia las personas LGBT es que sus capacidades personales son cuestionadas por su orientación sexual y no en base a una evaluación objetiva. Nuestras organizaciones deberían sacar provecho de las oportunidades de que los integrantes LGBT hablen a nombre de la organización sobre temas LGBT y hacer la participación en labores LGBT, al igual que en todas las formas de trabajo político de masa, uno de los criterios para la elección de camaradas para sus direcciones. El mismo criterio debe considerarse cuando nuestras organizaciones eligen candidatos para campañas electorales; y deben postularse abiertamente a la contienda candidatos LGBT también. Además, todos nuestros representantes electos a todos los niveles deben retomar las demandas lésbico/gueis dentro de sus instituciones representativas e incluirlas en sus declaraciones públicas. Deben también transmitir las demandas de los movimientos lésbico/gueis e intentar de abrirle espacios a los movimientos lésbico/gueis dentro de las deliberaciones  políticas de las instituciones representativas.

 

34. A menudo l@s miembros LGBT de organizaciones revolucionarias tienen dificultades para sentirse integradas/os en nuestras organizaciones así como también en el movimiento LGBT. Por un lado, ser un/a militante LGBT necesariamente significa más que una actividad política concreta: ya que las personas LGBT son un grupo excluido socialmente, las comunidades LGBT, vinculadas por el factor de opresión, tienen formas particulares de socialización y resistencia a la "heterocultura". Por lo tanto, l@s miembros LGBT, especialmente aquellos activos en el movimiento de las LGBT a menudo tienden a separar sus vidas, la política y la social. No siempre en nuestras organizaciones se entiende que el activismo de l@s miembros LGBT tome esta forma particular. Aunque en una comunidad basada en exclusión común, que la vida social y cultural son un aspecto indispensable para el trabajo político, así como también una necesidad personal de l@s militantes LGBT.

           Por otro lado, ser un militante revolucionario casi siempre significa que la gente no siempre se siente en casa incluso en la "escena" LGBT. L@s camaradas LGBT tienden a vivir en dos mundos separados, con reglas diferentes y, generalmente incompatibles. Construir vínculos entre l@s camaradas LGBT en las diferentes localidades y en las diferentes secciones e impulsando el crecimiento de las actividades LGBT, las discusiones y reuniones sociales adentro del movimiento, son unas de las mejores estrategias para combatir los "riesgos de una personalidad escindida" y tener activistas en la Internacional. Los esfuerzos en esta dirección deberán dar la bienvenida y apoyar nuestras organizaciones.

 



* Vease la definicion en el punto 18.