15º Congreso mundial de la Cuarta Internacional

Las resistencias a la mundialización capitalista

 Una oportunidad para el nuevo internacionalismo

 

11. Emigrados. Los flujos de emigración están en gran medida determinados por las necesidades económicas de los países imperialistas y por los desordenes del sistema dominante (guerras, hambrunas...). La emigración tiene una historia y presente rasgos diferentes según los períodos. En este terreno, la figura simbólica del destino que reserva a los emigrantes el nuevo orden neoliberal es reveladora: el inmigrante indocumentado, una mujer sin derechos, condenada a la superexplotación dentro de las empresas o al trabajo doméstico, incluso cuando beneficie de una verdadera formación en su país de origen. ¿Qué puede ser más emblemático para un sistema que apunta a generalizar la precariedad?

En otros contextos históricos, los emigrantes pudieron encontrar, a pesar de las dificultades, un lugar y un porvenir en los países que los acogieron. Tal perspectiva se les niega hoy. Viven todo el tiempo en una extrema precariedad sólo para continuar manteniendo a sus familias, amenazadas por la miseria la miseria y la desocupación. En muchos países de origen, el dinero enviado por los emigrantes constituye un recurso económico fundamental y permitió evitar que algunas crisis no lleguen no desemboquen en la irremediable desintegración social. Con la mundialización capitalista, vivimos la emigración del sacrificio.

Los inmigrantes comenzaron la lucha contra su condición de clandestinos, por el derecho a ser reconocidos, a su existencia legal; han suscitado importantes movimientos de solidaridad y realizaron victorias significativas, aunque parciales, en algunos países europeos. Abrieron así un nuevo frente en el combate común por la dignidad, la igualdad y una sociedad solidaria.