SEMINARIO LESBIANO/GAY/BISEXUAL/TRANSGENERO DE ESTRATEGIA

Los comunistas, los socialdemócratas y el movimiento homosexual durante el periodo de la república de Weimar en Alemania[1]

por Manfred Herzer[2]

 

RESUMEN. En este articulo se critican dos clichés de la historiografía gay acerca de la relación entre los homosexuales y los partidos políticos durante el periodo de la república de Weimar. Aquí se cuestiona la idea de que la izquierda política de aquella época era similar en su homofobia a los partidos de derecha y de centro, para ello se presentan varios detalles que muestran que los propósitos de las demandas de los movimientos homosexuales eran sostenidos casi exclusivamente por la izquierda, sobre todo por el Partido Comunista. La homofobia en la izquierda era una excepción atípica. También se presta atención al involucramiento activo de algunos hombres homosexuales al interior del movimiento nazi y en la destrucción de la república de Weimar, lo cual pone en duda la idea de que los homosexuales fueron sólo victimas pasivas de la homofobia y la persecución nazis. Se explora la posibilidad de una afinidad especial entre los hombres homosexuales y el movimiento nazi recurriendo al ejemplo del dirigente nazi Ernst Röhm.

 

Desde sus propios inicios, el actual movimiento gay alemán se ha venido enfrentando al asunto de su relación con el movimiento obrero. En las discusiones sobre este asunto, los hechos ocurridos entre los años de 1918 y 1933 han jugado un papel particularmente importante. Durante la república de Weimar, antes de la derrota decisiva de los movimientos obrero y homosexual a manos de los nazis,los homosexuales, así como los comunistas y los socialdemócratas alcanzaron el mayor poder que hayan llegado a tener y la relación entre sus movimientos adoptó una complejidad sin precedentes.

Un problema historiográfico clave está en el centro de este ensayo. Cuando los historiadores del movimiento gay investigan y describen la época de Weimar, ellos han adoptado repetidamente un punto de vista particular que será impugnado aquí con base en documentos históricos.[3] Mi investigación sobre la relación entre la izquierda política y el movimiento homosexual durante la república de Weimar me ha llevado a criticar la historiografía gay desarrollada hasta ahora. Mi punto de vista puede sintetizarse en las tesis siguientes:

• Las exposiciones previas han sufrido del defecto de afirmar, unas veces con indignación y otras con complacencia, la homofobia de la izquierda política durante la época de Weimar.

• Un problema metodológico surge necesariamente cuando el concepto de homofobia—un término que ni siquiera se había creado antes de la decada de los setenta—se aplica a un periodo tan remoto en el tiempo como el de la república de Weimar.[4] Más que dejar esto en silencio, por lo menos necesitamos discutirlo para evitar caer en un sociologismo inocente y ahistórico.

• Es necesario analizar e interpretar la supuesta homofobia en la izquierda política durante la república de Weimar sobre la base de las condiciones prevalecientes en aquellos tiempos. Una afirmación meramente moralizante de este descubrimiento simple debe justificarse en los términos de la política gay de hoy, pero no puede remplazar el análisis y la explicación históricos.

• Cualquier investigación equilibrada de la supuesta homofobia izquierdista en la Alemania prefascista no puede ignorar la propensión general de la sociedad de la época a perseguir y suprimir a los homosexuales ni las expresiones varias de odio a la homosexualidad por parte de grupos políticos de la derecha y del centro.  Si dejamos de poner en su contexto la perspectiva izquierdista de la cuestión homosexual nunca superaremos una condena moralizante basada en principios ahistóricos.

• Entre los hombres homosexuales de la república de Weimar un antisocialismo y un anticomunismio agresivos, que llegaban al apoyo activo al movimiento nazi, no fue menos común que entre el resto de la población, lo cual terminó por permitir que los nazis tomaran el poder por medios pacíficos. Cualquier comprensión real de la supuesta homofobia de la izquierda política nos eludirá si no tomamos en cuenta este hecho. En lo que se refiere al alcance del apoyo de los hombres homosexuales a los nazis, nos enfrentamos a un vacío en nuestro conocimiento, vacío que ha sido impuesto por nosotros mismos y que ha adoptado casi las dimensiones de un tabú propiciado ideológicamente. Dentro de la historiografía gay, incluso una figura tan repugnante como la del dirigente nazi Ernst Röhm ha sido repetidamente relegada al papel de víctima, primero de la supuesta homofobia izquierdista y luego de la nazi, pues sólo al hacer eso ha sido posible perpetuar una narración parcial de la historia que describe persistentemente a los homosexuales como mártires perseguidos y víctimas pasivas.

Para empezar, un análisis de las condiciones pertinentes en la Alemania prefascista requiere volver a interpretar los hechos establecidos y esto se intentará a continuación.

Ninguno de los tres partidos izquierdistas importantes de la república de Weimar—ni el Partido Socialdemocrático de Alemania ( Sozialdemokratische Partei Deutschlands, SPD[5]), ni el Partido Comunista alemán (Kommunistische Partei Deutschlands, KPD[6]) ni el Partido Socialdemocrático independiente de Alemania (Unabhängige Sozialdemokratische Partei Deutschlands, USPD[7]) que fue fundado en 1917 y se fundió con el PSD en 1922—elaboraron una política homosexual formulada en declaraciones programáticas o por resolución partidaria alguna. En ello, los partidos izquierdistas no diferían de los partidos políticos de la derecha ni de los del centro liberal. Las decisiones sobre asuntos de homosexuales eran en gran parte improvisadas espontáneamente y caso por caso, evidentemente, en una extensión considerable surgieron situaciones cargadas emocionalmente y reacciones viscerales de políticos sin mucha deliberación previa. La imagen y la voz de la homosexualidad sólo habían llegado a un punto tal que el tópico sólo entraba a la arena política en raras ocasiones suscitadas por sucesos externos. Los ejemplos principales fueron el caso del multiasesino homosexual Fritz Haarmann (1924),  el debate parlamentario sobre la reforma del Código Penal (1928 - 1929)  y la revelación pública de la homosexualidad de Ernst Röhm (1931 - 1932). En asuntos de homosexuales, la cultura política de la primera república alemana apenas representaba un avance con respecto a la del régimen precedente del kaiser Guillermo II. Los casos Haarmann y Röhm, por ejemplo, que llevaron a extensas discusiones públicas de la homosexualidad, tuvo paralelos en los escándalos de Kropp (1902) y de Eulenburg (1907 - 1908) durante la ultima fase del imperio de los Hohenzollern.

Respecto al asunto de Röhm, que será tratado con cierto detalle más adelante, debería hacerse hincapié desde el principio en que este no fue una temprana campaña de denuncia iniciada y mantenida por la prensa izquierdista; más bien el escándalo público había sido precedido por una bulliciosa discusión de meses al interior del propio movimiento nazi acerca de si la homosexualidad de Röhm—ampliamante conocida dentro del partido nazi — lo hacía incapaz de ser dirigente del SA. Fue sólo tres meses más tarde, en abril de 1931, que un diario del PSD, el Münchener Post,[8] respondió a esta disputa interna partidaria publicando una noticia sobre la homosexualidad de Röhm. Otros once meses pasarían antes de la publicación de las cartas confidenciales de Röhm, un hecho que fue sensacional, pero que no introdujo ningún tema fundamentalmente nuevo a la discusión pública. Este asunto no fue provocado por el PSD que, en cambio, estaba respondiendo al tumulto al interior del propio partido nazi. Por lo contrario, cuando en octubre de 1929 los nazis habían atacado al PSD por su posición prohomosexual en los debates en torno a la reforma del Código Penal, el PSD había mantenido silencio sobre Röhm.

La reforma del Código Penal y, por lo tanto, la controversia sobre el futuro del artículo 175, la pena contra la sodomía, fue un tópico de discusión por lo menos esporádicamente durante todo el primer tercio de este siglo y, de hecho, durante sus varias reformas en la Alemania de la postguerra hasta su derogación final en marzo de 1994. Ciertamente, antes de la Primera Guerra Mundial, el PSD carecía de una opinión unificada sobre la cuestión homosexual, como era el caso de los tres partidos izquierdistas después de 1918; pero se puede documentar fácilmente que ninguna de las otras grandes formaciones políticas estaba, y por mucho, tan avanzada en vencer los sentimientos antihomosexuales como los socialdemócratas y los comunistas. Sin embargo, calificar la posición de la izquierda como relativamante avanzada no significa que ella hubiera vencido completamente sus sentimientos antihomosexuales; nos enfrentamos, en cambio, a una serie de perspectivas que se extendían, por un lado, a los puntos de vista de los movimientos homosexuales de aquella era y, por el otro, a una especie de prejuicio residual o tácito que consentía en el status quo legal, es decir, la continuación de la discriminación social y la vulnerabilidad de los homosexuales a los chantajistas. En cambio, los partidos conservadores y cristianos, así como los nazis, exigían una aproximación más puntiva hacia los homosexuales, que eran percibidos como una amanaza creciente. Este punto de vista estaba enteramente ausente en la izquierda, o por lo menos no se expresaba en público.

El objetivo final contemplado por los homosexuales mismos—en este caso el círculo alrededor de Magnus Hirschfeld—era la "liberación de los homosexuales".[9] Esta formulación bastante abstracta, en esencia una consigna, implicaba mucho más que la revocación de alguna ley particular contra los hombres homosexuales. Más bien, la liberación significaba la "eliminación de los prejuicios existentes entre la gente". Para reforzar esta posición, Hirschfeld hacía referencia a sus propias "observaciones en Francia, Italia, Holanda y otros paises, donde los prejuicios perduraban casi sin cambios" a pesar de la revocación o, por lo menos, de la reforma de leyes antisodomía en esos paises.[10]

La forma de prejuicio mas compleja y supuestamente moderna que circulaba en ese tiempo era sin duda la noción de que la homosexualidad constituía una enfermedad mental, concepto propuesto originalmente en el siglo XIX por la medicina forense y la psiquiatría. En el congreso del PSD de 1927, cuando se estableció un consenso mayoritario en la controversia sobre la homosexualidad y la ley, las palabras finales de la resolución expresan precisamente este prejuicio: los socialdemócratas demandaban la "revocación de la penalización legal de ... relaciones sexuales antinaturales" porque era simplemente una obstinación vana "combatir enfermedades con la ley penal".[11]

 

La ambivalencia de la izquierda alemana

La historia previa de esta perspectiva socialdemocrática se remonta al ano de 1895, cuando el juicio de Oscar Wilde llevo al teórico con autoridad intelectual de la derecha del PSD, Eduard Bernstein, a desarrollar una posición casi obligatoria sobre la cuestión homosexual. Sus opiniones recibieron un status oficial no sólo porque el texto en cuestión apareció en la revista teórica oficial, Die Neue Zeit,[12] en los ensayos sobre la cuestión homosexual que aparecieron en los años siguientes en la prensa del PSD no hubo contradicción alguna a la posición de Bernstein, y treinta años más tarde seguía informando la resolución del partido recién citada. Así, el modo de ver que Bernstein había tomado del psiquiatra más progresista de su época, Richard von Krafft-Ebing, formulándola como la posición del partido, aun se mantenía válida en 1927: la homosexualidad entre hombres adultos no debería castigarse bajo ninguna circunstancia, pues no era el papel apropiado del estado y de la ley ser guardianes de la moral. En cuanto a la causa del amor entre hombres, Bernstein sostenía que podía ser el resultado de "licencia disoluta"o de una patología endógena.[13]

En cambio, el ala izquierda del PSD anterior a la Primera Guerra Mundial, de la cual surgió el PCA en 1918, nunca tomó posición alguna sobre la homosexualidad. Los miembros izquierdistas del PSD sometieron la revisión del marxismo de Bernstein a una critica radical y vehemente, pero no dijeron nada de sus declaraciones sobre la homosexualidad y su penalización. Este silencio era muy ambiguo: podía tomarsele como una aprobación tácita de las opiniones de Bernstein, pero igualmente podía señalar una censura y un desdén absoluto por cualquiera que incluso se ocupara de un tópico tan insignificante y tangencial, el cual (desde el punto de vista izquierdista) sólo concernía a los miembros decadentes de la burguesiay distraía la atención de los problemas esenciales de la lucha de clases.

El 4 de octubre de 1920, unos radicales de derecha llevaron a cabo un intento de aseinato contra Magnus Hirschfeld en Munich. Esto dio a practicamente toda la prensa alemana una oportunidad de expresarse sobre la cuestión homosexual y sobre la lucha de liberación de Hirschfeld, pues era obvio que los frustrados asesinos habían sido impulsados no sólo por su antisemitismo, sino también por su odio a los homosexuales. De hecho, esto fue pregonado varias veces en articulos de la prensa radical de derecha a finales de 1920 y siete meses antes, los rebeldes implicados en el golpe abortado de Kapp habían declarado publicamente que, en caso de tomar el poder, iban a intentar "liquidar al Dr. Hirschfeld" por "introducir costumbres orientales a Alemania".[14]

En sus noticias y editoriales sobre el intento de asesinato en Munich, los periódicos socialistas y comunistas pusieron de relieve la razón antisemita de los atacantes, mientras que ejercían un comedimiento peculiar en cuanto al aspecto homosexual del incidente en su conjunto. Un día después del atentado, el diario oficial del partido Vorwärts[15] incluía una nota con el titulo de "Un acto de heroismo antisemita" que de un modo bastante oblicuo caracterizaba la razon de los asaltantes como "envidia" por los "logros cientificos de Hirschfeld"[16]. Hirschfeld mismo escribió un articulo para el diario de mayor circulación del PSD en Baviera, el Münchener Post (el periodico que más tarde iba a hacer la homosexualidad de Röhmun asunto público), y por lo menos aquí mencionó que uno de sus frustrados asesinos había gritado: "Este hombre trajo el eulenburguesamiento a Alemania".[17] El Berliner Volkszeitung,[18] periodico asociado al PSDI, mostro ser una excepción en sus comentarios sobre el incidente al señalar — sin dar nombres — la presencia de numerosos homosexuales al interior de "círculos alemanes völkisch" [19] (como los radicales de derecha se llamaban a sí mismos). [20] Pero no se encuentra en la prensa del PSDI una toma de posición explicita y directa sobre la controversia de los derechos de los homosexuales. Si el periódico en cuestión llegó a expresar un apoyo general a la teoria de Hirschfeld, sacando de ella la conclusión de que la orientación homosexual estaba representada igualmente en todos los partidos políticos y, contra la doctrina de los derechistas radicales, no tenía nada que ver con decadencia, corrupción o seducción.

 

La posición prohomosexual de los comunistas

En relación con el Código Penal, la posición del PCA acerca de la homosexualidad parece haber sido lo que podría llamarse minimalista: el rechazo al castigo. Aparentemente, el partido nunca emitió un concepto de liberación homosexual que fuera más alla de eso.

El punto de vista oficial del PCA sobre este asunto fue expresado por el jurista Felix Halle en su libro aparecido en 1931 Geschlechtsleben und Strafrecht (Vida sexual y derecho penal), para el cual Magnus Hirschfeld contribuyó con un prefacio. Ahí, Halle afirmó que, mientras que los proletarios ( y, por lo tanto, supuestamente también su partido) adoptaban una opinión "tolerante" de la homosexualidad, de ninguna manera la "cultivaban" (a saber lo que quiera esto decir):

"La clase obrera, muy alejada de cultivar inclinaciones y actividades sexuales entre personas del mismo sexo, ya sea entre hombres o entre mujeres, adopta una aproximación tolerante hacia tales manifestaciones de la vida sexual—en tanto cuanto esta actividad no transgreda las fronteras igualmente impuestas por razones sociales sobre las relaciones entre el hombre y la mujer—porque el proletario se siente fértil y tiene confianza en el futuro como colectivo, como clase." [21]

A pesar de su tratamiento distante de la homosexualidad y de su efusión compensatoria por la fecundidad proletaria, esta posición era con mucho superior a la del pensamiento y el sentimiento normales de los nacionalistas alemanes o los conservadores cristianos, por no hablar de los nazis.

Desde luego, cualquier alineación de campos políticos opuestos durante la república de Weimar en términos de favorecer u oponerse a la emancipación homosexual es verdadera sólo en términos parciales y vagos, como todos los intentos de generalización histórica. La frialdad del apoyo de la izquierda a los derechos de los homosexuales (expresada en la garantia de Halle de que el proletariado de ninguna manera "cultivaba" la homosexualidad y en la resolución del congreso del PSD de 1927) introducen matices intermedios que hacen el cuadro general mas complejo. Lo mismo puede decirse del diputado Wilhelm Kahl, del Partido del Pueblo Alemán (Deutsche Volkspartei), el mas liberal de los partidos burgueses. Como presidente de la comisión parlamentaria para la reforma del Código Penal, Kahl voto en 1929 por la derogación del articulo 175, pero sobre todo porque abrigaba la esperanza de que "al obrar así, le quitaría alas a la agitación y a la propaganda desenfrenadas de las prácticas homosexuales".[22] De todos modos, la posición de Kahl dentro de su partido era la de un marginal aislado—los otros dos miembros de su partido en la comisión por la reforma del Código Penal, Richard Leutheusser y Johannes Wunderlich, actuaron de manera completamente diferente, votando por hacer más drastico el articulo 175.

Antes de las elecciones parlamentarias de 1930, la organización de derechos de los homosexuales de Hirschfeld, el Comite Cientifico Humanitario (Wissenschaftlich-humanitäres Komitee o WhK[23]),  condujo una investigación sobre las opiniones de los partidos políticos sobre el articulo 175, precisamente como había hecho antes de las elecciones anteriores. Los resultados de la investigación de 1930 llevaron al copresidente del CCH, la autoridad en la materia Kurt Hiller (políticamente independiente) a comentar con bastante agudeza sobre la extensión de la homofobia a todo lo largo del espectro político:

"Los partidos de la derecha (dirigidos por Hitler, Hugenberg, Westarp y Bredt) y los del centro adoptan incuestionablemente una actitud hostil hacia nuestros esfuerzos. En el Partido del Pueblo Alemán, parcece que el consejero Kahl, con sus opiniones relativamente racionales, seguirá tan aislado como lo ha estado hasta ahora. El partido del gobierno es un aliado que no es de fiar: sobre este asunto no hay garantía de que los antiguos demócratas, cuyos diputados, en todo caso, sólo parcialmente estuvieron de acuerdo con nuestras posiciones, derrotarán a sus companeros de fracción de la Orden de Jovenes Alemanes y a la Unión Cristiana. Por lo que toca al Partido Socialdemocrático, nuestros miembros y simpatizantes que no consideran la edad de consentimiento a los veintiún años como irrazonablemente alta, pueden confiar en este partido. El único partido que ha representado el punto de vista científico humanitario sin reservas y, tanto como es humanamente posible, lo representará de nuevo en el nuevo congreso es el Partido Comunista Alemán. Hago notar esto porque reconozco y respeto la verdad y a pesar del hecho de que no pertenezco a este partido y le critico varios aspectos". [24]

El PCA fue fundado a finales del año de 1918 por hombres y mujeres que habían pertenecido en su casi totalidad al ala radical de izquierda del PSD. Probablemente no es coincidencia que en la época en que aún pertenecían al PSD, los miembros de esta minoria de izquierda no hubieran participado de ningun modo en los debates acerca de la llamada lucha de emancipación de los homosexuales. El articulo 175 y la injusticia de la discriminación en todas sus formas habían sido hechos objeto de controversia pública por miembros del ala derecha del partido, como Eduard Bernstein y Adolf Thiele, así como por políticos que trataban de mediar entre las dos alas, como August Bebel y Karl Kautsky. Los representantes del ala izquierda habían guardado silencio; ni un solo prominente socialdemocrata de izquierda firmó la petición de Hirschfeld contra el articulo 175. [25]La mayoría de miembros del PCA que más tarde apoyarían lo que Hiller llamó un "punto de vista cientifico humanitario sin reserva alguna", como Felix Halle (nacido en 1884), Arthur Ewert (nacido en 1890), Peter Maslowski (nacido en 1893) y Richard Linsert (nacido en 1899), eran miembros de una generación posterior. Las veteranas y los veteranos del partido que habían dejado el viejo PSD para formar el PCA siguieron haciendo del tópico en su conjunto un tabú, sin duda porque seguían abrigando reservas al respecto.

El único diputado comunista que pronunció un discurso parlamentario condenando el articulo 175 y los planes del gobierno de reforzarlo en un Código Penal reformado fue Wilhelm Koenen (nacido en 1886—es decir, por cierto, de la misma edad que Ernst Thälmann, el secretario generaldel PCA desde 1925). Suscitado por la primera lectura del "Borrador oficial del Código Penal" el 16 de mayo de 1927, en su discurso, Koenen no alcanzo a presentar una crítica sustancial, ni de la versión vieja de la ley de sodomía, ni de la nueva. Más bien se limitó a calificar varias veces el articulo 175 de reaccionario, precisamente tan reaccionario como las leyes sobre el aborto y el adulterio y llamó a "las organizaciones apropiadas" a "resistir" esas propuestas.[26] Ya en1924 la fracción parlamentaria comunista, de la cual Koenen era miembro, había introducido una moción para impedir la aplicación del articulo 175—paso celebrado por Magnus Hirschfeld como "la primera vez ... en la historia de nuestra lucha" que cualquier partido político haya hecho tal propuesta".[27] La moción seguramente hubiera sido derrotada, pero de hecho nunca fue presentada a votación por la inminencia de las elecciones de 1924, que resultaron en una pronunciada declinación del apoyo al PCA al tiempo que la república de Weimar entraba en un periodo de relativa estabilidad.

Sin embargo, la moción de 1924 fue tan caracteristica de la posición del PCA sobre la homosexualidad masculina como el discurso parlamentario de Koenen en 1927, los votos de Maslowki y Ewert en la comisión parlamentaria sobre el Código Penal de 1929 y la declaración de Halle en 1931. En la época de la república de Weimar, el PCA fue la unica fuerza política que apoyó consistentemente y sin reservas al movimiento de los homosexuales en su llamada lucha de liberación. Así, el juicio de Kurt Hiller en 1930 se aplica a toda la Alemania anterior al gobierno de Hitler en su conjunto.

 

Los homosexuales pronazis

Cualquier investigación concienzuda de las relaciones entre los partidos de izquierda y los homosexuales en el periodo de la constitución de Weimar no puede ignorar la otra cara de la moneda: las opiniones políticas de los propios hombres homosexuales. Como grupo, sin embargo, los homosexuales son ampliamente divergentes y todo menos unificados; el deseo compartido por tener relaciones sexuales con otros hombres es una característica tan aislada y contiene una variedad tan enorme de formas, que ello dice poco o nada sobre opiniones o actividades políticas. También debe tomarse en cuenta que en este periodo pocos hombres homosexuales eran lo suficientemente abiertos acerca de su sexualidad para buscar cualquier tipo de involucramiento con el movimiento homosexual. Este paso fue tomado sólo por una minoría que ascendía aproximadamente a unos cuantos miles de hombres a todo lo largo y ancho de Alemania, y entre ellos había todo menos una perspectiva compartida sobre los partidos de izquierda o de derecha.

Las tres organizaciones de homosexuales de tamaño considerable de aquellos años—el CCH, la Comunidad de los Selectos (Gemeinschaft der Eigene o GdE[28] ) y la Federación por los Derechos Humanos (Bund für Menschenrechte o BfM [29])—por lo general adoptaban una aproximación compartida al llamar a sus miembros a votar sólo por partidos que se opusieran al articulo 175, es decir, predominantemente por el PSD y el PCA; y es muy probable que los activistas principales de estas organizaciones de veras votaran por ellos.

Sin embargo, si se examina un poco más detalladamente los respaldos políticos en la prensa del movimiento homosexual,  es notorio que estaban hechos con la intención de llegar a lectores que probablemente no diferían en sus preferencias electorales del electorado en su conjunto. Ello implicaba que se inclinaban sobre todo hacia la derecha y, conforme se aproximaba el año de 1933, se inclinaban cada vez mas hacia la derecha radical y hacia los nacionalsocialistas. En 1921, Kurt Hiller especulaba que el setenta y cinco por ciento de los homosexuales votaban por "los partidos de derecha, los partidos de la restauración monarquica y del revanchismo".[30] En 1927 Richard Linsert se refirió de pasada a los "numerosos miembros del Partido Nacionalsocialista de los Trabajadores Alemanes y al Partido Liberal Popular Alemán" (Deutschvölkische Freiheitspartei) que pertenecían al mismo tiempo al CCH.[31] A finales de 1932 la FDR practicamente se jactaba de que el dirigente nazi Ernst Röhm fuera susceptible de ser contado entre sus miembros.[32] En el exilio, Magnus Hirschfeld observó retrospectivamente en 1934 acerca de los homosexuales

"que no se cansaban de alabar a Hitler por su tolerancia para con Röhm y sus cuates y que por lo tanto se encaminaron a su campo en manadas".[33]

Estas referencias aisladas no permiten sacar alguna conclusión firme acerca de las opiniones políticas, los patrones de votación o las afiliaciones políticas de la mayoría de los homosexuales durante la época de Weimar. De manera alguna tampoco justifican la conlusión de que los homosexuales estaban más orientados hacia la derecha política que los heterosexuales. Por otra parte, sí dan sustento a la suposición de que la mayoría de los homosexuales alemanes tenían perspectivas tan conservadoras y antidemocráticas como los heterosexuales alemanes y sus votos por el Partido Nazi (o por cualquiera de los partidos de derecha aliados con él) contribuyeron a la revolución pacifica del 30 de enero de 1933 y la derrota de la izquierda.[34]

Se puede suponer que los homosexuales apoyaron desproporcionadamente a los partidos izquierdistas por su posición relativamante prohomosexual y que la homofobia agresiva de los derechistas conservadores y radicales actuó como un freno para los homosexuales. Pero la perspectiva política e ideológica no suele formarse por consideraciones sexuales; un asunto tan complejo como la sexualidad rara vez permite un balance racional de intereses. En un artículo intitulado "El homosexual y las elecciones parlamentarias", Magnus Hirschfeld reaccionó ante el fenómeno del apoyo de los homosexuales hacia partidos antihomosexuales con dosis iguales de simpatía y buena disposición a ayudarlos:

"Aún mas difícil es el conflicto de consciencia que la elección parlamentaria causa en mujeres y hombres homosexuales quienes, en virtud de su origen familiar, educación y visión del mundo se encuentran en el campo de los partidos conservadores o clericales que rechazan por principio cualquier reforma en el proceso judicial de los homosexuales ... Todo votante homosexual que se inclina por la derecha, tal vez por ser un monarquista inquebrantable o un militarista, debe pues luchar con su consciencia y considerar qué asunto le parece más importante; debe sopesar los distintos intereses que se ponen en juego para él y para otros ... Reconocemos plenamente el conflicto difícil que se plantea a un votante homosexual enraizado en ideas e ideales viejos y cómodos; tendra que sacrificar una parte o la otra; no se puede eludir el dilema. Precisamente cuántos absurdos son ocultados por la votación se muestra por un caso que se dio en Munich. Se dice que en las elecciones estatales más recientes ahí, un homosexual judío votó por el Partido del Pueblo Alemán, es decir, por antisemitas y antihomosexuales. Ese hombre debe haber sido masoquista".[35]

La atracción hacia instituciones antihomosexuales resentida por hombres homosexuales es un fenómeno que de ninguna manera surgió por primera vez con los nazis u otros partidos radicales de derecha. Antes y desde entonces los homosexuales con una visión particular han sido atraídos "en manadas" a las iglesias, los ejércitos y otros grupos conservadores. Junto con un posible rasgo masoquista, que Hirschfeld (tal vez irónicamente) conjeturó en el caso del homosexual judío que votó por el Partido del Pueblo Alemán, también señaló el "origen familiar, la educación y la visión del mundo" como causas del comportamiento electoral antihomosexual de parte de homosexuales.

La participación activa de homosexuales en instituciones y partidos homofóbicos puede parecer paradójica a primera vista, sin embargo, cualquiera que se asombre por este aparente odio de sí mismo o masoquismo debe tener en cuenta que la homofobia formaba parte integrante del orden social de Alemania en la decada de los veinte de este siglo. La diferencia entre el nivel de la homofobia en la sociedad en su conjunto e instituciones tales como el Partido Nazi o una iglesia cristiana, de ninguna manera era de distinto género, sino que se trataba, en cambio, de una cuestión de grado. En ambos marcos, la presión para ocultar o negar la homosexualidad era prácticamente abrumadora, y aparte de unos cuantos afortunados en pequeños nichos de tolerancia, revelar la propia homosexualidad conllevaba desventajas severas y podía destruir facilmente los medios de sustento.

(...)

 

Después de 1933: Exilio, ilegalidad, conformismo

El movimiento de los homosexuales, ya debilitado por la gran depresión y la persecución policiaca que empezo en el verano de 1932, dejo de existir de hecho en la primera mitad de 1933, luego de que von Papen y Hitler formaron una "coalición de gobierno de consolidación nacional" el 30 de enero. La CS se había disuelto a principios de 1932 con el deceso de su revista Der Eigene.[36] El CCH convocó a sus miembros a una asamblea final el 8 de junio de 1933 a las 7 P.M. en el departamento de su secretario Peter Limann; el unico punto en el orden del día fue "Disolución del Comité Cientifico Humanitario, A.C." Igualmente, la FDR se dispersó a fines de 1934.[37]

Después de que los partidos de izquierda, primero el PCA y luego el PSD fueron prohibidos, sus miembros sufrieron el exilio por su compromiso con la resistencia o fueron barridos en arrestos en masa que siguieron el incendio del Reichstag. La lucha de liberación homosexual se volvió letra muerta en Alemania y en casi todo los otros países, con sólo tres modestas excepciones. En Suiza, un pequeño círculo de lesbianas y hombres homosexuales se formó alrededor de la revistaSchweizerisches Freundschafts-Banner; [38]en Holanda, el Nederlandsch Wetenschappelijk Humanitair Komitee[39] continuó su existencia hasta la invasión del ejército nazi; y en Inglaterra, envuelta en una discreción total, la pequena Asociación Sexológica Británica persistió por algún tiempo. Aparte de estas frágiles organizaciones, la homofobia dominaba al mundo, y las condiciones en las democracias europeas, en Estados Unidos y en la Unión Sovietica no eran diferentes a las de la Alemania nazi antes del asesinato de Röhm en julio de 1934.

Hasta ese momento, la figura del dirigente nazi homosexual, que a fines de 1933 había ascendido a un puesto ministerial, fue un blanco constante de burla en la prensa del exilio[40] y dentro de los círculos ilegales de resistencia en la Alemania nazi. Erich Honecker, quien sería más tarde jefe de estado de la República Democrática Alemana, cuenta la siguiente anécdota en sus memorias:

"Aunque nosotros los ilegales estabamos constantemente expuestos a los peligros más graves, no queríamos permitir que se nos desdeñara. Dondequiera que era posible, poníamos al enemigo en ridículo. Yo experimenté un caso de ello en el estadio deportivo de Dortmund en el verano de 1933. En esos tiempos era un secreto abierto que el jefe del estado mayor del SA, Ernst Röhm, junto con otros altos dirigentes del SA, tenía inclinaciones homosexuales. La noche anterior a un gran desfile del SA en Dortmund, marcha en la que el capitan Röhm iba a inspeccionar las filas , las muchachas y los muchachos de las Juventudes Comunistas de Dortmund hicieron una gran pinta en una pared del estadio, la cual decia: 'Atención S.A. Abajo los calzones, ahí viene Röhm'."

En esta y en otras declaraciones de comunistas y socialistas alemanes hay sin duda mucho de homofobia. Tal aceptación irreflexiva del heterosexismo era parte de la cultura burguesa y era imitada en forma diluida por los izquierdistas , quienes al menos no la habían inventado. Lejos de ser autónomas, las subculturas de los trabajadores socialdemócratas y comunistas existían en una relación subalterna con la cultura hegemónica de la clase dominante.

El que no haya una sola declaración comunista o socialdemocrática sobre la lucha de liberación homosexual en el periodo que va de 1933 hasta la victoria sobre el fascismo de Hitler, debe probablemente ser tomado como una prueba clara de la homofobia izquierdista. Al hacer tales juicios; sin embargo, debemos aplicar una escala de comparación con esa época, y entonces seguramente nos parecerá que la oposición burguesa a Hitler, ya fuera en el exilio o en la resistencia interna, mostró no ser para nada mas civilizada ni ilustrada que los izquierdistas. La homofobia izquierdista es tal vez sólo una variante de la homofobia universal que tomó proporciones universales en las décadas de los treinta y cuarenta de este siglo, impregnando la vida cultural de todos los estados y sociedades europeos.

Asimismo, estas son las bases sobre las que deberían de juzgarse las "regresiones en la Unión Sovietica"  bajo Stalin. Aunque el nivel de la investigación sobre la situación ahí es lamentablemente inadecuado, la persecución soviética de los homosexuales en los años treinta y cuarenta, con toda justicia, debe compararse con la situación correspondiente en los países occidentales de esa época; cuando el terrorismo policiaco homofóbico estaba a la orden del día en la Gran Bretaña, Estados Unidos y casi todas las otras democracias occidentales.

La Rusia soviética no tenía ley antisodomía desde 1918, pero no hay indicios de una vida homosexual consciente ahí. El 7 de marzo de 1934 una nueva "ley sobre la inculpabilidad penal de la pederastía" fue promulgada, ley que fijaba un castigo minimo de tres años por "relaciones sexuales entre hombres". Por desgracia, sabemos demasiado poco acerca de las formas de la persecución de homosexuales ahí en los años anteriores a la ley de 1934, igualmente, tenemos pocos datos acerca de la extensión de las persecuciones desde entonces.[41] Dentro del movimiento de los homosxuales alemán, sólo el CCH había ocasionalmente calificado de ejemplar la ausencia de una ley antisodomía en la Unión Soviética,[42] y fue también el entonces copresidente del CCH, Kurt Hiller, quien criticó duramente este paso atrás soviético. En conversaciones con él, los comunistas que seguían la línea del partido defendían la nueva ley, alegando que el gobierno soviético trataba de combatir de ese modo un "semillero de propoganda opositora" al interior del Ejército Rojo.[43]

La homofobia sovietica seguramente tuvo un efecto sobre la formación de la opinión entre los comunistas alemanes durante la Segunda Guerra Mundial y los años de la postguerra, así como la homofobia de las democracias occidentales influyó en los socialdemócratas alemanes, pero este tópico nos llevaría demasiado lejos del tema de las posiciones del PCA y el PSD entre 1918 y 1933. Sólo décadas después estos dos partidos de izquierda volverían a adoptar sus posiciones anteriores; en 1969, la Socialdemocracia aprovechó su participación en el poder para efectuar una reforma del articulo 175 en la República Federal de Alemania y, casi al mismo tiempo, en 1968, los comunistas reformaron el articulo 175 en su esfera de poder, la República Democrática Alemana, satisfaciendo por fin las demandas planteadas por el movimiento de los homosexuales alemanes durante la república de Weimar.

 



[1] Traducido al inglés por James Steakley, y después al castellano por Ricardo Martinez Lacy. Nota de coindexación Haworth: "Communists, social democrats, and the homosexual movement in the Weimar republic", Herzer, Manfred, publicada al mismo tiempo en Journal of Homosexuality (The Haworth Press, Inc.) Vol. 29, no. 2/3, 1995, p. 197-226 y Gay men and the social history of the political left (Los hombres homosexuales y la historia social de la izquierda politica) (edición de Gert Hekma, Harry Oosterhuis y James Steakley), Harrington Park Press, subsidiaria de la Haworth Pres, Inc. , 1995, p. 197-226. Se pueden comprar varias copias de este artículo/capítulo a The Haworth Document Delivery Center (1-800-342-9678 de 9 AM a 5 PM, tiempo del Este).

[2] El autor es bibliotecario, vive en Berlín, es cofundador y miembro del personal del Museo Homosexual (Schwules Museum). Ha editado Bibliographie zur Homosexualität (Bibliografia sobre la homosexualidad) (Berlín: Rosa Winkel, 1982), una bibliografia de mas de tres mil escritos alemanes no literarios sobre la homosexualidad. Es editor, desde 1987, de Capri, revista de la historia de los homosexuales. Ha escrito numerosos ensayos así como la monografia Magnus Hirschfeld. Leben und Werk eines jüdischen, schwulen und sozialistischen Sexologen (Magnus Hirschfeld. Vida y obra de un sexólogo judío, homosexual y socialista) (Frankfurt:  a.M.: Campus, 1992). Se puede dirigir correspondencia a Blücherstrasse 61, D-10961 Berlin, Alemania.

[3] Vease, por ejemplo, Wilfried U. Eissler, Arbeiterparteien und Homosexuellenfrage: Zur Sexualpolitik von SPD und KPD in der Weimarer Republik (Los partidos obreros y la cuestión homosexual: Sobre la política sexual del PSD y del PCA en la república de Weimar) (Berlín: Rosa Winkel, 1980) y Hans-Georg Stümke, Homosexuelle in Deutschland: Eine politische Geschichte (Los homosexuales en Alemania: Una historia política) (Munich: C.H. Beck, 1989).

[4] George Weinberg tiene la fama de haber empleado el término de homofobia por primera vez en su Society and the Healthy Homosexual (La sociedad y el homosexual sano) (New York: St. Martin's Press, 1972); vease también Gregory K. Lehne, "Homophobia in men" ("La homofobia entre los hombres") en The Forty-Nine Percent Majority: The Male Sex Role (La mayoría del cuarenta y nueve por ciento: El papel sexual masculino), ed. de Deborah S. David y Robert Brannon (Reading: Addison-Weseley, 1976), p. 66 - 88. El término apareció antes en holandés, pero con un significado distinto: el miedo del heterosexual a ser confundio con un  homosexual. Véase Frits E. Frenkel, "Homofilie en homofobie" ("Homofilia y homofobia"), Symbiose (La Haya) V. 3 (1966), p. 130 - 44.

[5] PSD en castellano. N. del T.

[6] PCA en castellano. N. del T.

[7] PSDI en castellano. N. del T.

[8] El Correo Muniques en castellano. N. del T.

[9] Una formulación muy temprana de la llamada liberación homosexual apareció, por ejemplo en Jahrbuch für sexuelle Zwischenstufen I (1899), p. 281. En su magnum opus, Die Homosexualität des Mannes und des Weibes  (La homosexualidad del hombre y de la mujer) (Berlin: Louis Marcus, 1914), Magnus Hirschfeld hablo de una "lucha de liberacion" (p. 973 y passim). He descrito la relación entre Hirschfeld y su círculo con los partidos izquierdistas en Magnus Hirschfeld: Leben und Werk eines jüdischen, schwulen und sozialistischen Sexologen (Magnus Hirschfeld: Vida y obra de un sexólogo judío, homosexual y socialista)(Franfurt: a.M. Campus, 1992), p. 27 - 50.

[10] Magnus Hirschfeld, Die Kenntnis der homosexuellen Natur, eine sittliche Forderung  (El conocimiento de la natureza de los homosexuales: un reto para las costumbres) (Charlottenburgo: Fritz Stolt, 1907), p. 5.

[11] Sozialdemokratische Partei Deutschlands (Partido Socialdemocratico de Alemania), Sozialdemokratischer Parteitag 1927 in Kiel  (Congreso del Paritdo Socialdemocratico de 1927 en Kiel(Berlin: J.H.W. Dietz Nachfolger, 1927), p. 264 y 153.

[12] La Nueva Era. N. del T.

[13] Organización Comunista Britanica e Irlandesa, Bernstein on homosexuality. Articles from "Die Neue Zeit" 1895 and 1898 (Bernstein sobre la homosexualidad: Articulos de "Die Neue Zeit" de 1895 y 1898), traducción al ingles de Angela Clifford (Belfast: Athol, 1977), p. 27. El texto de Bernstein aparecio orginalmente con el titulo de "Die Beurtheilung des widernormalen Geschlechtsverkehrs" ("La condena de las relaciones sexuales antinormales"), Die Neue Zeit, XIII-2 (1895), p. 228 - 33; cita en la p. 233.

[14] Magnus Hirschfeld, "Aus der Bewegung" ("Del movimiento"), Jahrbuch für sexuelle Zwischenstufen, XIX (1919 - 1920), p. 111 - 33; cita en la p. 121.

[15] Adelante N. del T.

[16]"Ein antisemitisches Heldenstück", Vorwärts, 5 de octubre de 1920; citado en Magnus Hirschfeld, "Aus der Bewegung", Jahrbuch für sexuelle Zwischenstufen  XX (1920 - 1921), p. 107 - 42; cita en la p. 131.

[17]Magnus Hirshfeld, carta al editor del Münchener Post, reimpresa en ibidem, p. 124 - 6 , cita en la p. 125.

[18] El Periodico Popular Berlines. N. del T.

[19] Es decir "populares". N. del T.

[20]"Von Hirschfeld bis Hirschfeld" ("Desde Hirschfeld hasta Hirschfeld"), Berliner Volkszeitung, 22 de octubre de 1920. reimpreso en Jahrbuch für sexuelle Zwischenstufen XX (1920 - 1921), p. 107 - 42, p. 130 - 3, cita en la p. 132.

 

[21]El capitulo relevante del libro de Halle, intitulado "Die Stellung des Klassenbewussten Proletariats zur Homosexualität" ("La posición del proletariado con consciencia de clase sobre la homosexualidad") fue reimpreso en Mitteilungen des Wissenschaftlich-humanitären Komitees, no. 30 (agosto de 1931), p. 310 - 3, cita en la p. 312.

 

[22] Las deliberaciones del 16 de octubre de 1929 en el comité están reimpresas íntegramente en "Die Verhandlungen des Strafrechtsausschusses des deutschen Reichstages über die Strafwürdigkeit  der Homosexualität" ("Las discusiones de la Comisión de derecho penal del Congreso aleman sobre la punibilidad de la homosexualidad"), Mitteilungen des Wissenschaftlich-humanitären Komitees, no. 24 (septiembre-octubre de 1929), p. 176 - 91; el discurso de Kahl esta en las p. 186-7; cita en la p. 187.

[23] CCH en castellano. N. del T.

[24] Kurt Hiller, "Die Reichtagswahl" ("Las elcciones parlamentarias"), Mitteilungen des Wissenschaftlich-humanitären Komitees, no. 28 (abril - agosto de 1930), p. 278.

[25]Eissler (ver nota 2), p. 37 - 48, presenta un buen panorama de las declaraciones de los socialdemocratas sobre la homosexualidad entre 1871 y 1914; hay un resumen en inglés en las p. 127 - 30. Es del todo posible que el CCH ni siquiera pidiera firmas a su petición a los izquierdistas del PSD. Dado que ningún izquierdista hizo alguna vez una sola declaración sobre la cuestión homosexual antes de 1918, es más probable que Karl Liebknecht,  Rosa Luxemburg, Klara Zetkin y los otros izquierdistas más o menos automáticamente decidieran ignorar el asunto y convertirlo en tabú.

[26]Una versión resumida del discurso de Koenen aparece en Richard Linsert, "Erste Lesung des Strafgesetzenwurfs im Reichstage" ("Primera lectura del borrador del Codigo Penal en el parlamento"), Mitteilungen des Wissenschaftlich-humanitären Komitees, no. 8 (julio - agosto de 1927), p. 63-4.

[27] Magnus Hirschfeld, "Antrag auf Abschaffung des § 175 im Deutschen Reichstag" ("Propuesta de derogación del articulo 175 en el parlamento aleman") , Die Freundschaft (Berlin) VI-7 (octubre de 1924), p. 145-6.

[28] CS en castellano. N. del T.

[29] FDR en castellano. N. del T.

[30] Kurt Hiller, § 175 - Die Schmach des Jahrhunderts! (El articulo 175 -  El sabor del siglo!) (Hannover: Paul Steegemann, 1927), p. 78.

[31] Linsert, "Erste Lesung", p. 61.

[32] Blätter für Menschenrecht X-10-11 (octubre-noviembre de 1932), p. 13.

[33]Magnus Hirschfeld, "Männerbunde. Sexualpsychologische Beitrag zur Röhm-Katastrophe" ("Ligas de hombres. Contribución sexual y psicológica sobre la catástrofe de Röhm"), Pariser Tageblatt, 20 de julio de 1934, p. 2. Vease tambien el obituario a Magnus Hirschfeld por Max Hodann: "Hay una ironía más oscura y más acerba en el hecho de que los nazis lo trataran como archienemigo, pues las filas de los nazis están plagadas de todos los grados de la homosexualidad e indisputablemente Hirschfeld es el hombre a quien más se debe que el derecho de que a este 2 por ciento de anormales sexuales en la masa de poblaciones a existir y funcionar con sus propias reglas sea un asunto de discusión y agitación públicas". M. Hodann, "Magnus Hirschfeld: In memoriam" , traducción al inglés de F.W. Stella Browne, Marriage hygiene (Bombay), 2 (noviembre de 1934), p. 123-6; cita en la p. 123. Este obituario aparecio originalmente en Internationales ärztliches Bulletin (Praga), II-5-6 (mayo-junio de 1935), p. 73-6. Recientemente, Claudia Schoppmann ha mostrado que antes de 1933 habia militantes nazis al interior de los principales movimientos de emancipación de lesbianas y homosexuales. Como ejemplo, menciona el caso de Elsbeth Killmer, una de las editoras principales de la revista lesbiana más importante de aquella epoca, Die Freundin, la cual desde muy temprano estuvo activa en la organización nazi NS-Frauenschaft. Vease C. Schoppmann; Nazionalsozialistische  Sexualpolitik und weibliche Homosexualität (La politica sexual nacionalsocialista y la homosexualidad femenina) (Pfaffenweiler: Centaurus, 1991), p. 171-2. (N. del T.: Obsérvese que la fecha del obituario original de Hirschfeld aparece como posterior a la de su supuesta traducción. Esas son las fechas que aparecen en el artículo y que no he comprobado personalmente).

 

[34] El "gobierno de coalición de consolidación nacional" formado el 30 de enero de 1933 despues de que el presidente de la republica nombró a Hitler canciller, consistía en ministros del Partido Nazi, el Partido del Centro, el Partido Popular Nacional Alemán e independientes.

[35] Hirschfeld, "Der Homosexuelle und die Reichstagswahl" ("El homosexual y las elecciones parlamentarias"), Die Freundschaft, VI-2 (mayo de 1924), p. 28.

[36]El 29 de noviembre de 1933, el expresidente de la CS Adolf Brand escribió un reporte a la Asociación Sexológica Británica en Londres. En el, informó sobre un total de cinco cateos y decomisiones policiacas en su casa. También comentó acerca de las medidas tomadas en 1933: "Inmediatamente después de tomar el poder, el gobierno del canciller de la republica Adolf Hitler empezo a suprimir sin tardanza el movimiento homosexual con todo tipo de medidas estrictas. En la mayoría de los casos, sin embargo, estas persecuciones estaban dirigidas sólo contra feos excesos del movimiento. Durante todo aquel tiempo aún se limitaban a la clausura de establecimientos de prostitución, que siempre habían hecho un gran daño al movimiento a ojos de toda la gente decente, y a retirar las licencias de la venta de bebidas alcoholicas a bares que habían tratado de hacer ganancias mediante la seducción de hombres jovenes. Estas acciones policiacas fueron bien recibidas en interés de la limpieza y de la imagen del movimiento..." Copia en posesión del autor. (N. del T. Der Eigene debe traducirse al castellano como El particular).

[37]Según Claudia Schoppmann (vease la nota 33), p. 165, el Landesarchiv Berlin  conserva una carta del presidente de la FDR Paul Weber a la corte del distrito con fecha del 9 de noviembre de 1934 en la cual notifica a las autoridades  de manera burocráticamente correcta que la organización se ha disuelto. Sin embargo, no presenta referencias a fuentes para documentar su afirmación de que el copresidente de la FDR Martin Radszuweit fue asesinado en un campo de concentracion, ni de que la editorial de la FDR, situada en algun lugar de Potsdam fue supuestamente saqueada. Por lo menos la muerte en el campo de concentración de Martin Radszuweit es una ficción: él murió en los 80 en su casa de Berlin-Köpenick..

[38] El Estandarte Suizo de la Amistad (N. del T.).

[39] Comite Humanitario y Cientifico Holandes (N. del T.).

[40] Dos libros pardos ampliamente distribuidos, publicados por exiliados comunistas en París contenían relatos totalmente inventados acerca del papel de la homosexualidad en el incendio del Reichstag.

 

[41]Vease Simon Karlinsky, "Schwule Literatur und Kultur in Russland: die Folgen der Oktoberrevolution" ("Literatura y cultura homosexuales en Rusia. Las consecuencias de la revolución de octubre"), Capri, no. 8 (1990), p. 3-26, traducción al inglés: "Russia's gay literature and culture: The impact of the October revolution"en Hidden from history: Reclaiming the lesbian and gay past (Escondido de la historia. Reivindicando el pasado lesbico y homosexual), edición de Martin Duberman, Martha Vicinus y George Chauncey Jr. (New York, New American Library, 1989), p; 347-64 y Siegfrid Tornow, "Männliche Homosexualität und Politik in Sowjet-Russland" ("La homosexualidad masculina y la política en la Rusia soviética") en Homosexualität und Wissenschaft  II (Homosexualidad y ciencia II) edición del Schwulenreferat im Allgemeinen Studentenausschuss der Freien Universität Berlin (Sección homosexual de la Comisión general estudiantil de la Universidad Libre de Berlin) (Berlin: Rosa Winkel, 1992), p. 267-84, también publicada como "Homosexuality and politics in Soviet Russia"en Sexual minorities and society. The changing attitudes  toward homosexuality in the 20th century Europe (Las minorias sexuales y la sociedad. Las actitutdes cambiantes hacia la homosexualidad en la Europa del siglo XX), edición de Udo Parikas y Teel Veispak (Tallinn: Instituto de Historia, 1991), p. 78-93.

[42]Vease "Zur Bestrafung der Homosexualität in Sowjet-Russland" ("Sobre el castigo de la homosexualidad en la Rusia sovietica"), Mitteilungen des Wissenschaftlich-humanitären Komitees, no. 18 (octubre - noviembre de 1928), p. 146-7.

[43] Kurt Hiller, "Rückschritte der Sowjet-Union" ("Un paso atrás de la Unión Sovietica"), Sozialistische Warte, no. 14 (1936), p. 326-31.