SEMINARIO LESBIANO/GAY/BISEXUAL/TRANSGENERO DE ESTRATEGIA

Liberación Gay en los Ochentas

Jamie Gough y Mike Macnair

 

(traducido por compañeras del Taller de Formación Política en Puerto Rico:

extratos  de Gay Liberation in the Eighties, Londres: Pluto Press, 1985)

 

El sistema de la familia

El poder masculino tiene raíces económicas.  Es parte de la manera en que la sociedad se organiza para la producción de las los artículos de necesidad diarios y para la reproducción de la especie.  Más aún, la manera en que conseguimos comida, abrigo, refugio, es aún hoy día el elemento dominante en nuestras vidas: moldea y establece límites sobre todas las otras cosas que hacemos, incluyendo la reproducción de la especie.  El poder masculino no es el resultado de la biología de los hombres y las mujeres, ni de un impulso de dominación inherente a los machos.  Por lo tanto puede ser derrocado, como parte del cambio del sistema económico. Y ahora esperamos justificar este reclamo.

Usaremos los términos "familia" y "clase", y definiremos que queremos decir con estas palabras tan rebalosas.  Por "familia", nos referimos a los arreglos sociales bajo los cuales los padres biológicos son de los niños son responsables primarios de la alimentar y albergar a los niños y de parte de su socialización hasta la edad de la pubertad.  En este sentido, la familia es parte de la división social del trabajo: las sociedades tienen que asegurarse que los niños son criados en un sistema familiar, los padres hacen el trabajo.  Hay mucho más que decir que esto sobre la familia en diferentes sociedades: pero esto, desde nuestro punto de vista, es el esqueleto sobre lo que el resto se sostiene.

La "clase", también, es una forma especial de división social del trabajo.  Decir que la clase existe en la sociedad es decir tres cosas.  Primero, que diferentes grupos de personas reciben distintas porciones incomparables del excedente producido por la sociedad: la comida, etc., que sobra luego de que todos hayan completado el trabajo diario.  Segundo, que los distintos grupos de personas tienen participaciones de extensión completamente distintas en la toma de decisiones en la sociedad.  Tercero, que el grupo al que perteneces es determinado por tu nacimiento; esto quiere decir que, en la mayoría de los casos, las personas pertenecen a la misma clase social a la que pertenecen sus padres.

El sistema de clases ha existido por varios miles de años ya, y sobrevive hasta el presente porque tiene ciertas fortalezas como forma de organizar la sociedad.  La mayoría de las personas tienen que trabajar con sus manos la mayor parte del tiempo para mantenernos a todos vivos además de criar a los niños; esto ha sido así desde la sociedad primitiva hasta el presente.  Podemos obtener más de los productos que necesitamos, pero no suficiente para que todos podamos trabajar mucho menos.  Con mayor ingenio y planificación podríamos adquirir más de los productos necesarios; pero si tenemos que realizar trabajo manual la mayor parte del tiempo, no tenemos suficiente tiempo para la planificación.  Quiere decir que es ventajoso utilizar el excedente para liberar a personas del trabajo manual, para que puedan pensar mejores en como mejorar la producción y organizar el trabajo.  Las sociedades que hacen esto se expandirán a costa de las sociedades que no lo hagan.  Es en este sentido que antes dijimos que el sistema de clases puede ser "necesario".

El que personas vivan del excedente social y el permitirles tomar decisiones sociales incluye el que tendrán poder sobre todos los demás.  Tenderán a consumir mucho más que el promedio (de modo que el segundo aspecto de nuestra definición de clase nos lleva al primer aspecto).

La responsabilidad específica de la planificación y el consumo del excedente económico de la sociedad por si sólo no crea una clase dominante.  Estas características también son compartidas con burocracias regentes a las que personas son designadas o electas.  Lo que distingue a una clase es que su posición es heredada.  Por tanto, la clase dominante, a diferencia de la burocracia, necesita la organización familiar de la sociedad para garantizar que su poder pase de padres a hijos.  Una sociedad en que el cuidado de los niños es una responsabilidad colectiva no puede tener clases. 

Entonces, ¿cómo toman existencia la familia y la opresión de la mujer?  Las sociedades primitivas existían balanceándose en el filo de una navaja: un exceso de niños no podían ser alimentados o criados; muy pocos, y la sociedad estaría condenada a desaparecer.  Cuando la mujer amamanta por largo tiempo, en combinación con el trabajo arduo y una pobre alimentación, hace menos probable la concepción; por esto, en estas sociedades los niños son amamantados hasta por cuatro años.  La sociedad familiar traduce esto en limitaciones individuos.  tendrás que continuar amamantando a tu hijo hasta que tenga tres o cuatro años.  Si tienes otro hijo durante este tiempo, y la comida es escaza, deberás dejarlo morir de hambre.  La responsabilidad femenina exclusiva por los niños también logra ese objetivo; pero la extensa niñez de los seres humanos lo hacen impráctico.  En todo caso, los niños, antes de ser independientes, tendrán que moverse con sus madres.  Además, la mortalidad alta de niños y adultos obliga a que las mujeres continúen teniendo más niños a lo largo de todo el periodo fértil de sus vidas.  Las mujeres deben siempre tener infantes con ellas. 

Esto en la práctica excluye a la mujer de la caza.  Como consecuencia, en las sociedades primitivas, la posición de la mujer varía inversamente con la proporción de carne en la dieta: a mayor carne en la dieta, menor la posición de la mujer; hasta vemos, donde predomina la carne en la dieta, como entre los esquimales, o en las sociedades criadoras de ganado, las mujeres son apropiadas por los hombres como esclavas y totalmente excluídas de la producción socialmente organizada y de la toma social de decisiones. 

Parece ser posible que la sociedad de clase emergió de este tipo de sociedad primitiva dedicada a la caza o a la crianza de ganado.  Entonces, se cree que las clases nacen de la conquista de las clases dominantes de las clases subordinadas: "la fuerza es la partera en la historia".  En la sociedades primitivas, la tecnología de la fuerza es la tecnología de matar animales.  Las sociedades de crianza de ganado tienen la propiedad privada de ganado y mujeres; mientras clase incluye la propiedad sobre las mujeres y, usualmente, la propiedad privada es el medio de la producción.  Tan atrás como podamos ir en la historia, encontramos relatos de conquistadores bárbaros que sometieron pueblos con sociedades basadas en la agricultura y convirtiéndose en sus regentes y clases dominantes.  Es muy probable que en los pueblos conquistadores era mucho más fuerte el dominio masculino que en los pueblos que sometían.  Podemos atribuir a esto la aparición de la sociedad de clase.

La opresión de la mujer, por ende, vino antes (y en algún sentido, ayudó a causar) que la sociedad de clase.  Pero no fue causada por la "naturaleza" humana ni masculina sino en un sentido muy indirecto.  Fue producto de las limitaciones demográficas y tecnológicas de las sociedades primitivas.  Entonces, ¿por qué aún no ha desaparecido?

Para empezar, las limitaciones demográficas están, al menos para las masas humanas en el mundo, sólo en estos tiempos comenzando a desaparecer.  Desde mediados del siglo XIX en los países más desarrollados, la mortalidad infantil y general comenzó a disminuir rápidamente, y el incentivo para una cantidad alta de embarazos comenzó a desaparecer.  El siglo XX nos ha dado métodos contraceptivos mucho más eficientes, métodos de aborto más seguros, y la alimentación por fórmulas en botellas.  Estos cambios tecnológicos establecen algunas de las condiciones materiales para la liberación de las mujeres. 

La segunda razón para la persistencia de la familia es la que se acomoda al interés de la clase dominante por ser la mayor parte del cuido aún una responsabilidad privada y no pagada de las familias, y en las familias, de las mujeres.  No hay razón técnica para que esta responabilidad no haya sido social y comunitaria.  Pero esto hubiese implicado una transferencia permanente de recursos socialmente organizados para satisfacer estas necesidades de estas clases explotadas (como lo implicaría hoy día).  Aunque las clases dominantes han estado dispuestas a tomar alguna responsabilidad por el cuidado de los niños en ciertos momentos, es una política mucho más flexible y prudente desde su punto de vista el mantener esta responsabilidad como una escencialmente privada de las familias.

Tercero, la familia permanece siendo importante para y en el sistema de clases.  Para un miembro varón de la clase dominante, esclavizar a la mujer le asegura que sus descendientes obtendrán sus propiedades luego de haber muerto, o obtendrán su posición social.  Lo mismo es cierto para artesanos, campesinos y comerciantes pequeños.  En los países imperialistas, (EUA, Japón y Europa Occidental), muchos hombres trabajadores han logrado adquirir propiedad en forma de casas, automóviles, muebles, etc.  Y, a través del sistema de la familia, muchos trabajadores diestros manuales y no-manuales han logrado traspasar sus ventajas en el mercado del trabajo a sus hijos.  Sólo la parte más pobre de la clase trabajadora , particularmente en el tercer mundo, son desposeídos de propiedad.  El deseo de prevenir que sus hijos caigan en esta sub-clase, y la esperanza de que puedan mejorar su posición social, es común entre miembros de clases subordinadas en la sociedad capitalista.  Esto implica un compromiso con la herencia que, a su vez, implica que la familia sea responsable de los niños.

Cuarto y más simple: el sistema familiar le da a los hombres poder sobre las mujeres.  Anteriormente en este capítulo discutimos como la sexualidad se arregla alrededor del sistema del poder masculino.  Como resultado de esto, y de la aparente falta de cambio en la sexualidad (a lo que volveremos más adelante), los hombres tienden a encontrar su posibilidad de placer sexual conectado a su poder social sobre la mujer.  Más aún, este poder les concede beneficios a los hombres en términos del trabajo doméstico y del cuidado de los niños que ya delineamos en el capítulo 1.

Finalmente, el estado en la sociedad moderna tiene interés en preservar el orden social.  La división entre familias, entre hombres y mujeres, entre padres e hijos que el sistema familiar envuelve es un medio para lograrlo: "divide y vencerás" es un antiguo máximo hecho por el Estado.  Esta una razón por la que el Estado mantiene una serie de incentivos artificiales para la formación y mantenimiento de las familias: deduciones de impuestos, el régimen legal del matrimonio, y así por el estilo.

Para resumir: la opresión de la mujer y el poder masculino se originaron de la condiciones materiales y tecnológicas en sociedades primitivas.  Se han mantenido porque una cantidad de esas limitaciones también se han mantenidas y solo recientemente han sido superadas, porque es funcional para la sociedad de clases y para individuos en la sociedad de clases, y porque los hombres reciben ciertos beneficios de esta opresión.

Podemos ver ahora con más precisión las amenazas que el lesbianismo y el sexo de hombres adultos pasivos le presentan a la familia y al sistema de poder masculino.  El hecho de que personas hayan practicado estos tipos de actividad sexual en numerosas sociedades dominadas masculinamente muestra que el poder masculino nunca ha sido absoluto. Que todas estas sociedades han contenido grietas y tensiones que han permitido que estas prácticas prohibidas ocurran.  A mayores tensiones, a mayor inestabilidad de la sociedad, mayor es la amenaza a la racionalización del poder masculino por las formas tabúes de sexo.

Pero estos disturbios a las ideas sobre el patriarcado, por si sólas, no han amenazado al patriarcado.  La única amenaza a la existencia misma de este sistema es que sean posibles formas alternativas de controlar la reproducción y de organizar el cuido de los niños, que no sea necesaria la organización de la inequidad económica y de la herencia de la propiedad privada, y que las mujeres estén conscientes de esta alternativa y organizadas para luchar para lograrla.  Como discutiremos, esta es la situación actual.  Pero sólo ha sido así por cien inciertos años: sólo recientemente en la historia de la humanidad la existencia del dominio masculino como tal ha sido amenazado.